Una de las costumbres que tenemos los peruanos para celebrar el Año Nuevo, es la quema de muñecos de personajes «poco queridos» en las calles de la ciudad.
Lo podemos tomar con algarabía y también su dosis de burla, pero también debemos manejar el tema de la quema de plásticos o llantas con suma cautela porque podría generar males que van hasta incluso el cáncer.
Desde la propia Dirección General de Salud Ambiental (Digesa), advirtieron que la quema de llantas y plásticos durante la noche de Año Nuevo, genera gases altamente tóxicos y que pueden producir a largo plazo: cáncer.
La combustión de los muñecos, llantas y plásticos durante Año Nuevo, emanan la dioxina y el furano, que son gases que ingresan a nuestro organismo por las vías respiratorias y la piel de las personas.
Estos gases se acumulan en el tejido graso y su efecto no resulta inmediato, pero se da por acumulación. En caso la persona quema residuos sólidos durante años, la posibilidad de que desarrolle cáncer en alguna parte de su cuerpo es alta.
Estos gases se pueden eliminar si son sometidos a temperaturas superiores a los 1000 grados Celsius, por lo que es difícil eliminar su impacto en el organismo cuando son liberados al medio ambiente.
Las autoridades locales deben prevenir e informar sobre los peligros que pueden ocasionar la quema de muñecos, plásticos, llantas y hasta colchones en Año Nuevo. Los responsables pueden recibir sanciones penales al permitir este delito contra las personas y el medio ambiente.
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