Leyenda del cura sin cabeza

Este cuento es una tradición de muchos pueblos de habla hispana.

No se sabe el origen de la leyenda, pero se dice que a inicios de siglo, cuando la iglesia tenía normas muy estrictas con sus sacerdotes; uno de ellos, fue decapitado por los pobladores como castigo por tener un romance con una parroquiana.

Como era costumbre desde la época virreynal, los sacerdotes y los pobladores de la clase alta eran enterrados en el interior de las catedrales e iglesias.

Para el caso de nuestro sacerdote, su cuerpo fue enterrado en su parroquia y la cabeza en otro lugar alejado de ella.

Cuenta la leyenda, que en altas horas de la madrugada, se encienden las velas de la iglesia, se escucha música del órgano y el fantasma del cura decapitado, vestido con su túnica franciscal, recorre la iglesia en busca de su cabeza.

Por lo tanto, todo aquel que se le cruce en su camino y lo vea, puede perder su cabeza.

El temor originado por el cuento, hace que las personas que tengan que permanecer en la iglesia las noches de Semana Santa para acompañar a Cristo luego de su muerte, lo recuerden y narren el relato a los que no lo concen para infundirles miedo.

 

Ortografía en el Convento

La Secretaria del convento está escribiendo una carta y comienza:

Querido Monseñor …………..

Se da cuenta de que el Monseñor puede mal interpretar sus palabras y vuelve a empezar:

Excelentísimo Monseñor…………………..

Recapacita pensando que es demasiado formal.

Sr. Monseñor? ……………

Este le parece muy mundano, así que decide que el mejor es:

Don Monseñor……………….

Para asegurarse de no meter la pata, le pregunta a la Madre Superiora :

– ¿Madre, Monseñor se pone con Don?

– ¡¡ Claro que se pone condón hija, si no este convento sería una guardería!!!!!

Confesiones religiosas

Un buen feligrés:

Un hombre mayor, italiano, que vivía en las afueras de Nápoles, fue a la iglesia local a confesarse.

Cuando el sacerdote abrió el confesionario, el hombre dijo:

– Padre… Durante la Segunda Guerra Mundial , una mujer joven y muy bonita golpeó a mi puerta y me pidió que la escondiera del enemigo. Así que yo la escondí en mi altillo.

– ¡Esa fue una cosa maravillosa que has hecho, hijo -contestó el sacerdote- No tienes la necesidad de confesar eso.

– No Padre, es que ella empezó a agradecerme con favores sexuales.

– Estando en gran peligro y bajo esas circunstancias, dos personas pueden ser muy tentadas a actuar así. Pero si lo sientes verdaderamente, estás perdonado de hecho.

– Gracias, Padre. Esa es una gran carga que le saca a mi alma. Pero tengo una duda más.

– ¿Y cuál es, hijo?

– ¿Cree Ud. que debería decirle que la guerra ha terminado?

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MILAGRO

Un anciano entra al confesionario y dice al cura:

– Padre, tengo 80 años, estoy casado, tengo cuatro hijos y 11 nietos, y anoche tuve una aventura. Hice el amor a dos chicas de 21 años. A las dos. Dos veces.

– Bueno, hijo mío, ¿Cuál fue la última vez que te has confesado?

– Nunca padre, soy judío.

– Entonces, ¿Por qué me estas confesando esto?

– ¿Confesando, padre? ¡Se lo estoy contando a todo el mundo!!!!

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GREGORIO EL SEMENTAL

Una mujer en el confesionario:

– Padre, hoy he conocido a Gregorio, y hemos estado haciendo el amor hasta el atardecer.

– Pues en penitencia, rezas tres padrenuestros y dejas 20 dólares de limosna.

Más tarde otra mujer:

– Padre, hoy he conocido a Gregorio, y hemos estado haciendo el amor hasta el amanecer.

– Pues en penitencia, rezas 10 padrenuestros, y echas 30 dólares de limosna.

Más tarde otra nueva mujer:

– Padre, hoy he conocido a Gregorio, y hemos estado haciendo el amor todo el día.

– ¡Pero esto no puede ser!, rezas 20 padrenuestros y echas 50 dólares de limosna.

Más tarde:

– Padre…

– Sí, tu tambien has conocido a Gregorio y habías estado haciendo el amor…

– No, padre. Yo soy Gregorio… O vamos a medias en la limosna, o me llevo a todas las mujeres a otra parroquia.

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La Monja y el Cura

– Pepito: ¿Qué era tu papá antes de casarse?

– Era Cura, señorita.

– Y tu mamá?

– Era monja, señorita.

– Entonces colgaron los hábitos?

– No señorita, sólo se los subieron un poco.

¿Por qué las iglesias No Católicas no celebran la Navidad?

La fiesta de la navidad es esperada con inmensurable fervor y entusiasmo en el mundo entero, y nuestro país no se exime de ello. La mayoría de peruanos y peruanas, quienes profesan la religión católica, celebran cada 25 de diciembre, esta festividad que permite unir en reflexión y amor a la familia, a la comunidad y a las personas en general, manteniendo un espíritu de fe y esperanza.

Así como los católicos conmemoran este acontecimiento con mucha devoción, siguiendo las respectivas costumbres navideñas asociadas a la colocación del árbol, la entrega de regalos a los niños, la existencia de “Santa Claus”, “San Nicolás” o “Papa Noel”; también hay otras iglesias que viven estos acontecimientos, de acuerdo a sus creencias y basados en la palabra de Dios, los cuales también expresan su mensaje inspirado en el amor de Dios, que es el verbo hecho carne: Cristo Jesús.

Las Iglesias No Católicas, manifiestan de acuerdo a sus convicciones y pruebas bíblicas, que la fecha establecida para la celebración de la navidad, no está señalada ni fundamentada, ya que no se sabe con certeza cuando ha nacido el hijo de Dios, pero hay evidencias de que el nacimiento de Jesús no es el 25 de diciembre, y uno de los versículos (Lucas 2:8), sostiene que de acuerdo a las costumbres del lugar, los pastores permanecían en los campos durante el día y la noche, la cual sugiere que pasaron las lluvias de abril, y no habían llegado las de noviembre, esto es dentro del tiempo climático en la tierra judía.

Esto nos indica que entre abril y noviembre era el tiempo en que las ovejas estaban en los campos, y no había invierno. Los inviernos en las montañas y en toda la tierra de Judea suelen ser fríos y húmedos, y si hubiera sido invierno, los pastores buscarían sin duda una mayor protección contra las inclemencias del tiempo, tanto para ellos como para sus rebaños. De acuerdo al contexto de la escritura, y considerando las evidencias de la fecha del nacimiento del niño Jesús, se ubicaría en la temporada de otoño, correspondiendo así con la cronología del contexto.

Asimismo, ellos manifiestan que el señor Jesús no ordeno festejar la navidad, pues en ninguna parte de la Biblia se ordena hacer celebración por su nacimiento, e inclusive ninguno de sus discípulos o seguidores lo celebraron, y sólo se menciona la conmemoración de la cena del Señor. De acuerdo a las pruebas históricas, que hasta el año 350 d.C., (siglo IV) nunca se festejó navidad, y es a partir de aquel año cuando comenzó a observarse el 25 de diciembre como el día del nacimiento de Jesús.

Según el calendario Juliano, antecesor al calendario actual (gregoriano), el 25 de diciembre era la fecha del solsticio de invierno, cuando los días comenzaban a alargarse, el cual este acontecimiento se festejaba entre los “paganos” con grandes celebraciones conocidas entre los romanos como “saturnalias”, en honor del renacimiento de diversos dioses solares.

El sustento de sus argumentos están basados en la propia historia, pues en el año 325 d.C, con la supuesta conversión al cristianismo del Emperador Romano Constantino el Grande, se introdujeron muchas costumbres paganas, entre ellas la “Navidad”, que es el término que empleaban los paganos y que significa la celebración del nacimiento del dios sol.

Para hacer más fácil que los romanos pudieran convertirse al cristianismo, sin abandonar sus festividades, el Papa Julio I ordenó en el año 350 d.C. Que el nacimiento de Cristo fuera reconocido y celebrado en la fecha del 25 de diciembre, y cuatro años más tarde, el Papa Liberio lo estableció como dogma inmutable. Luego, al implementarse el calendario gregoriano (actual), simplemente se adaptó al tiempo, guardando la misma fecha.

Ante el sustento de no mezclar lo pagano con lo cristiano, ya que ellas son como la oscuridad y la luz, o la injusticia y la justicia, es decir, no pueden convivir juntas, tal como lo señala la palabra de Dios 2 Corintios 6:14-15: “…¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?, ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo?…”; esto manifiesta que los “No Católicos” no conviven con estas costumbres que provienen del paganismo, y que no son bíblicos.

Sin embargo, ellos de acuerdo al contexto de la celebración, aprovechan estas fechas para predicar la palabra de Dios, llevar el mensaje de salvación, de esperanza y vida eterna a sus semejantes, dar a conocer a la comunidad que Jesucristo al nacer en esta tierra, es la promesa viva del padre celestial, pues Dios, a través de su hijo amado, viene a salvar y a restaurar lo que se había perdido.

Mostrando respeto y consideración a los que festejan la navidad, ellos se unen a estas celebraciones, con el fin de cumplir su misión evangelizadora, pero no a ser participes de las conmemoraciones. Durante estos días de fiestas, realizan campañas evangelísticas y de confraternidad, como chocolatadas, alimentos, repartición de regalos, vestimenta y animación, etc., a las zonas más pobres y alejadas de la ciudad, así como también a los barrios populares, puericultorios, asilos y otros lugares con necesidades y carencias.

Pese a las creencias que hubieran en derredor, todos creemos en el mismo Dios, y debemos mantener siempre nuestra fe, esperanza, y amor entre nosotros, y cumplir la voluntad de Dios, y adorarlo no como nosotros queramos, sino como él desea que lo hagamos, basándonos en el “escrito está” de la palabra de Dios. No se debe esperar a que llegue la “Navidad” para realizar actividades en favor del prójimo, sino que este espíritu hay que mantenerlo todo el tiempo, porque a Jesús debemos llevarlo siempre en nuestra mente y corazón, porque Él es de Dios, la esencia de su amor.