En el incanato se usó los quipus para contar cuentos y mitos

En una reciente visita a nuestro país el Dr. Gary Urton, Profesor Dumbarton Oaks de Estudios Precolombinos en el Departamento de Antropología de la Universidad de Harvard y director del Khipu Database Project concedió una interesante entrevista a la Pontificia Universidad Católica del Perú.

El Dr. Gary Urton lleva más de una década involucrado en el estudio y la catalogación de la estructura, colores y patrones de centenares de quipus.

La semana pasada presentó el seminario extracurricular: «Acercándonos al «Quipu Rosetta». Una correspondencia entre seis quipus y un documento colonial del Valle del Santa». ¿Qué misterios encierran los quipus?

 

¿Se ha podido determinar el uso que le dieron las civilizaciones andinas a los quipus?

De acuerdo a la información recogida de crónicas y del estudio de los mismos quipus sabemos que su uso estaba relacionado con la administración del imperio. Actualmente manejamos una definición muy estrecha de esta palabra, la relacionamos con la burocracia, pero tenemos que recordar que para los incas la administración era fundamental para controlar y manejar los recursos, el tiempo y el espacio de los habitantes de su imperio. Tenía que ver con todos los aspectos de la vida de la gente, no se mantenía una división entre la vida pública y privada como la entendemos hoy en día.

 

¿Cuál era el grado de poder que tenían los quipucamayoc durante el Incanato? Después de todo, el uso y el manejo de estos quipus no era una labor conocida por todos.

En la cumbre del imperio hubo miles de quipus y centenares de quipucamayoc trabajando a varios niveles, desde los que estaban a cargo de una comunidad pequeña en el campo hasta los que estaban en Cuzco, guardando los datos económicos y administrativos de todo el imperio. Los quipus fueron objetos hechos de algodón o lana de auquénido, que fueron anudados y teñidos con técnicas que eran bien conocidas en el campo por los tejedores. Entonces no había un quiebre grande entre el conocimiento relacionado a la manipulación de hilos entre la gente común y los quipucamayoc, pero la diferencia radica en la interpretación del significado de nudos, hilos y colores.

 

¿Se ha establecido qué significado tenían estos elementos?

En algunos documentos hay información sobre el significado de unos cuatro o cinco colores, pero el problema está en que tenemos un entendimiento muy reducido de su uso. Sabemos que empleaban decenas de colores, que entrelazaban hilos de diferente color y que podían trabajar hasta con 5 colores en un mismo hilo. Todo esto seguro tiene un significado que hemos perdido y que ninguna crónica nos indica en su total complejidad.

 

¿Cuántos quipus se han logrado recuperar para la investigación?

Sabemos de aproximadamente 820 ejemplares existentes, tanto del imperio inca como del principio de la colonia (es muy difícil distinguir entre ambos). La colección más grande consta de 350 quipus que se encuentran en el Museo Etnológico de Berlín (Alemania). Adicionalmente, se calcula que en colecciones privadas puede haber otros 200 quipus. Y existen otros más que ya no se pueden estudiar porque están muy maltratados por el paso del tiempo.

 

¿Existen dos quipus iguales o son instrumentos únicos e irrepetibles?

De los 820 quipus conocidos, hay una docena, tal vez veinte pares de quipus con nudos en la misma ubicación, tamaño y forma, en los cuales se han registrado los mismos datos cuantitativos a través de un sistema de valores decimales. Estas copias son solo una sombra, un eco de un sistema de chequeo y balance que era mucho más amplio y complejo en el incanato y que incorporó principios de contabilidad muy modernos.

Una de las crónicas del Inca Garcilaso de la Vega señala que cada comunidad, sea grande o pequeña, tenía cuatro quipucamayoc y que todos guardaban los mismos valores. No hay que olvidar que en las comunidades andinas existía una división fundamental entre los ayllus de Hanan saya y los de Hurin saya, por lo que cada grupo tenía al menos un quipucamayoc encargado de chequear los valores que del otro y viceversa.

Si bien es cierto que los quipus en su mayoría concentraban información numérica y contable, muchas veces se ha trabajado con la hipótesis de que también estaríamos hablando de una escritura aún no descifrada al interior de los quipus.

Las crónicas dicen que los incas tenían una clase de quipus donde registraron datos para la narración de cuentos, mitos y otras historias, pero no sabemos cómo. Pensamos que tal vez estos quipus eran usados a modo de fichas en los cuales no “escribieron” la historia completa, palabra por palabra, pero sí algunos nombres esenciales. Por ejemplo, para narrar el mito de la aparición de Manco Cápac en Pacaritambo, se registraban los conceptos de “Manco Cápac”, “Pacaritambo” y “aparición”, el resto dependía de la inteligencia y creatividad del quipucamayoc.

 

¿Cuáles son los principales resultados del Khipu Database Project, proyecto que Ud. dirige?

En el Khipu Database Project en Harvard tenemos una base de datos muy detallada sobre la estructura, colores y números de 600 de los 820 quipus estudiados. Estamos tratando de reconocer patrones repetidos, para ver si así podemos saber algo más sobre la organización social y política de la administración de las mitas, del tributo y de la labor del estado inca.

Uno de nuestros más importantes estudios revela una correspondencia entre un documento colonial y una colección de quipus. Esta coincidencia la habíamos estado buscando durante varios años, es como un “Quipu de Rosetta” (N. de R.: En referencia a la Piedra de Rosetta, estela egipcia escrita en tres idiomas distintos), que nos ayudará a comprender el significado de varios caracteres.

 

¿Cómo se dio este hallazgo?

Primero, habría que recordar que desde el principio de la colonia los españoles tenían interés en establecer su propio estado, por lo que transfirieron los datos administrativos registrados en los quipus en sus documentos. Para ello, llamaron a los quipucamayoc para que leyeran sus quipus mientras que un intérprete traducía al castellano y un escribano tomaba registro. Esto nos dio la posibilidad de encontrar una transcripción de un quipu en un documento escrito.

El documento fue publicado por el Proyecto Chavimochic dentro de una serie de papeles administrativos de la Colonia. En él se registra el tributo que tenían que pagar los pobladores de una comunidad, a modo de un padrón. Por otro lado, en la Biblioteca Museo Temple Radicati –que es propiedad de UNMSM- se conservan seis quipus procedentes del Valle del Santa cuyos hilos están organizados en 132 reparticiones, que coinciden con los 132 nombres que aparecen en el documento. Todavía no hemos descifrado la manera de traducir los nombres en los quipus pero ojalá que a través de ellos surja información significativa para nuestros estudios y lleguemos a entender la estructura de los quipus de manera más íntima.

 

Fuente: puntoedu

Programa de celebración en el Puente Inca Q’eswachaka Cusco

El Puente Inca de Q’eswachaka

Este puente colgante de fibra vegetal se encuentra ubicado en la comunidad campesina de Huinchiri, en el distrito de Quehue, provincia de Canas, región Cusco.

Q’eswachaka es conocido por ser el último puente inca en uso, el que ha sobrevivido a varias generaciones por más de 500 años y que se encuentra en estado casi original y gracias a la decisión de las comunidades actoras: Huichirí, Chaupibanda, Qollana, Quehue y Chocayhua, las que haciendo gala de su cultura viva repiten técnicas y ceremonias de origen puramente andino, reproduciendo año a ñao este evento maravilloso donde se muestra la autenticidad de nuestra cultura.

Conoce el programa haciendo click en la imagen

qeswachaka

 

La Chicha de Jora: Historia y bondades

Todo aquel que viajó al norte terminó haciendo referencia acerca de la Chicha de Jora. Muchos creen que se trata de un producto exclusivo de dicha zona de nuestro Perú, pero están equivocados pues se trata de un elemento con un exquisito pasado en el Imperio de los Incas.

chicha-de-jora

La fermentación del cocimiento de maíz germinado en vasijas de barro bajo tierra y durante meses, produce la popular chicha de jora que se consume en costa, sierra y selva en diferentes épocas del año, de preferencia en las fiestas patronales.

Este invalorable regalo de los Incas se elabora, por excelencia, en la costa norte, como en el distrito de Catacaos, en Piura. También en espacios andinos como Cusco y Arequipa, donde el visitante puede probar una chicha en un nivel excelente.

Así como el vino y la cerveza, el consumo moderado de chicha de jora tiene propiedades medicinales que contrarrestan enfermedades cardiacas y la depresión, además de ser un alimento nutritivo y sobre todo energizante.

Túpac Yupanqui

La leyenda atribuye el descubrimiento casual de la chicha de jora al inca Túpac Yupanqui , en tiempos en que las lluvias deterioraron los silos, provocando que los granos de maíz se fermenten.

Para evitar desechar el maíz, el Inca ordenó la distribución de la malta fermentada para aprovecharla en forma de mote (maíz cocido en agua), pero por algunas características desconocidas, se optó por desecharla.

El relato cuenta que un indígena, sumido en un hambre total, hurgó entre la basura y encontró la sustancia desechada. La consumió y quedó sumido en una total embriaguez. A partir de ese momento, se descubrió el valor alcohólico del maíz fermentado en el Antiguo Perú.

De humilde a noble

Tras ese origen humilde, la chicha de jora pasó a convertirse en la bebida predilecta de los grandes señores de la nobleza inca e incluso, se empleó para las ceremonias en honor a las wacas y apus.

Actualmente mantiene su condición ceremonial en la sierra durante las representaciones alegóricas a las fiestas incaicas, y la bebida que llena los vasos ceremoniales es la chicha.

También se usa durante pagos a la tierra y otras actividades místico-religiosas del mundo andino y está presente en actividades diversas como en fiestas patronales y diversos tipos de reuniones populares.

chicha

Elaboración

Se siempre el maíz amarillo en un terreno húmedo y cuando comienza a brotar se recoge, colocándolo al sol por espacio de algunas horas. Luego se muele obteniendo la JORA. También se puede colocar el maíz sobre costales humedecidos hasta que brote.

La jora se pone a cocinar en un perol con el agua, clavos de olor y los demás granos; no se puede dejar de mover porque es muy fácil de quemarse, se deja hervir por 8 horas, agregándole agua cada vez que se consuma, después de esto se cuela con una tela tosca como el lino, se deja enfriar y se echa en una vasija de barro con chancaca; se tapa y se deja fermentar ocho días.

Se mueve una vez al día. Al sacarla se prueba y si le falta dulce y está muy espesa se la aumenta agua y azúcar rubia al temple que se desee.

El líquido es cernido en cestos grandes de cañas de «carrizos» con «ichu» o paja brava, y fermentado por espacio de tres días en vasijas de cerámica; al final del proceso esta bebida debe tener más o menos un 3% de contenido alcohólico.

Receta casera

Ingredientes:

  • 1 1/5 kilo de maíz de jora
  • 1 kilo de cebada
  • 10 litros de agua
  • 1 cucharada de clavo de olor
  • Azúcar al gusto

Preparación:

  • Tostar en una sartén limpia y sin grasa la cebada y el maíz de jora.
  • En una olla grande, hervir el agua, la cebada, el maíz de jora y el clavo de olor. Mover constantemente para que no se espese.
  • Cuando se haya consumido la mitad del agua, añádale otros 5 litros de agua, dejando hervir por 1 1/2 hora.
  • Una vez frío, añadir azúcar y colarlo.
  • Colóquelo en una vasija (jarra) de barro (de ser posible) dejándolo fermentar por varios días.
  • Es importante remover la chicha por lo menos una vez al día.