¿ACEPTAS POR ESPOSO/A…?

La pregunta de rigor ¿aceptas por esposo/a…? trae mucha cola, una cola tan larga como la del vestido de novia.

Y es que no se trata sólo de aceptar a la persona que tienes al frente, bien vestido, guapo más que nunca, bañado y bien peinado como un modelo de revista; se trata de aceptar la historia completa de esa persona.

En el momento que dices que sí, te haces responsable de una vida. te responsabilizas de los  sueños y las ilusiones de él o ella. Te haces responsable de sus  sentimientos, de su alma y su corazón. Y ni hablar de la alimentación y hasta algunos de su educación. ¡Tu propia vida, tu tiempo, tus decisiones ya no te pertenecen!.

Aceptas a ésa persona pero también aceptas los demás vínculos de la persona, es decir amigos y familia.

Aceptas virtudes y defectos. Aceptas tragos dulces y amargos. Empiezas una aventura diferente, yo diría que no terminas aún de conocer tu propio mundo y te diriges a descubrir otro totalmente distinto al tuyo, con costumbres diferentes, con otros hábitos, con cosas absolutamente nuevas para tí.

Hablamos de cosas que van desde la manera de cepillarse los dientes, ponerse la pijama, tender la cama, hasta comer y caminar. Hablamos de los programas de televisión y de la música. Hablamos de donde colocas la ropa al cambiarte luego de llegar del trabajo, de cómo lavan la vajilla y de cómo colocan la mesa para almorzar.

Están los pequeños detalles como los cabellos en la bañera. o las barbas después de la afeitada mañanera, están las largas tardes en los grandes almacenes (que con tus amigas era una delicia) y los paseos que se hacen infinitos en las tiendas de herramientas o la sección electrónica.

La verdad es que hace falta una lista inmensa aún para detallar todas las cosas increíbles que llegas a descubrir, cosas que te pueden causar gracia, risa, carcajadas, asombro, sorpresa, incomodidad, cólera, rabia, ira,  incluso diría yo un desmayo.

Entonces, si vas a decir «sí, acepto» debes ponerte en dos situaciones: o estás totalmente seguro de conocer a esa persona, sabes que es tu alma gemela y te hace feliz unirte a ella, o desconoces absolutalmente todo de esa persona y tu incertidumbre a cerca de lo que se viene es sólo comparable con un agujero negro pero, al estilo Indiana Jones, decides embarcarte en una aventura sin fin pues eres feliz al hacerlo.  En suma, cualquiera que sea  tu situación fíjate que hay un común denominador en ambas: el que seas Feliz, y es lo que importa.

Provecho con lo que se te viene…

Los comentarios están cerrados.