El desastre nuclear de Fukushima han creado una cierta desconfianza acerca de los productos importados de Japón, ya sea pescado, productos electrónicos, o vehículos, así que para evitar una situación de histeria potencialmente dañina para sus ventas, los fabricantes japoneses están vigilando los niveles de radiación de sus automóviles. Nissan (e Infiniti por extensión), además, quiere aprovechar la curiosidad despertada por la medida para mostrar a los internautas cómo lleva a cabo esta inspección, que se centra en la parte central del capó, las ruedas, y el volante.
Las revisiones se realizan de forma aleatoria, y por el momento ningún vehículo ha dado positivo. También hay que decir que la mayoría de las plantas japonesas se encuentran lejos de Fukushima, lo que lógicamente también ayuda a reducir el riesgo de contaminación.