Teorías empresariales en el mundo

GESTION TRADICIONAL: Tienes dos vacas. Vendes una y compras un toro. Tu rebaño se multiplica y la economía crece. Las vendes y te jubilas con los beneficios.

GESTION AMERICANA: Tienes dos vacas. Vendes una y fuerzas a la otra a producir la leche de cuatro vacas. Te sorprendes cuando la vaca muere extenuada.

GESTION FRANCESA: Tienes dos vacas. Te pones en huelga porque quieres tres.

GESTION JAPONESA: Tienes dos vacas. Las rediseñas para que tengan la décima parte de su tamaño y produzcan veinte veces más leche. Entonces creas una serie de
dibujos animados llamada «Vakemon» y la vendes a todo el mundo.

GESTION ALEMANA: Tienes dos vacas. Haces una re-ingeniería de procesos para que las vacas vivan 100 años, coman una vez al mes y se ordeñen ellas mismas.

GESTION INGLESA: Tienes dos vacas. Las dos están locas.

GESTION ESPAÑOLA: Tienes dos vacas, pero no sabes dónde están. Te vas a tomar una cerveza. Qué cojones!!!!

GESTION RUSA: Tienes dos vacas. Las cuentas y llegas a la conclusión de que tienes cinco vacas. Las cuentas otra vez y piensas que tienes 42. Las cuentas otra vez y te salen 12. Dejas de contar vacas y abres otra botella de vodka.

GESTION SUIZA: Tienes cinco mil vacas, ninguna de las cuales te pertenece. Les cobras a otros por guardarlas.

GESTION HINDU: Tienes dos vacas. Las adoras.

GESTION CHINA: Tienes dos vacas. Tienes 300 personas ordeñándolas. Te enorgulleces de no tener ningún parado, alta producción bovina y arrestas al periodista que publicó las cifras.

GESTION GALESA: Tienes dos vacas. La de la izquierda esta buenísima… Tienes un problema muy serio. Deberías visitar alguna vez la ciudad y dejar el campo por una temporada.

El chico y el farmacéutico

Un muchacho entra en una farmacia y dice al farmacéutico:

– Señor, deme un preservativo. Mi enamorada me ha invitado esta noche a cenar en su casa y está que se derrite por mí, así que esta noche pretendo calmarla.

El boticario le despacha el preservativo y cuando el joven va a salir, vuelve sobre sus pasos y dice:

– Será mejor que me de usted otro preservativo porque la hermana de mi enamorada que es un bombón, me hace unos cruces de piernas que le veo hasta las entrañas, y como voy a ir a cenar a su casa…

Toma el segundo preservativo, piensa un momento y… – Déme uno más porque la madre de mi chica, que está de muerte la señora, cuando no está mi enamorada delante me hace unas insinuaciones que… y como voy a ir a cenar a su casa esta noche…

Llega la hora de la cena y el muchacho tiene a un lado a su novia, al otro a la hermana y enfrente la mamá de ambas. En ese instante llega el padre que se sienta al frente de la mesa. El muchacho baja la cabeza y empieza a  rezar:

– ¡Señor te damos gracias por los alimentos….

Pasa un minuto y el chico sigue rezando:

– ¡Gracias Señor por…!

A los diez minutos de rezos y oraciones la enamorada le dice :

– No sabía que fueras tan religioso.
– Ni yo que tu padre era el farmacéutico.

Ingrata sorpresa

Un reo, condenado a cadena perpetua por asesinato premeditado y alevoso, se evade de la prisión después de pasar 22 años en la cárcel. Al huir entra en una casa en la que duerme una joven pareja. El reo ata al hombre en una silla y a la mujer en la cama. A continuación acerca su rostro al cuello de la mujer y sale de la habitación.

Arrastrando la silla el hombre se acerca desesperadamente a su mujer y le dice:

– Mi amor, este hombre no ha visto una mujer en años. Le vi besando tu cuello y aprovechando que ha salido quiero pedirte que cooperes con él y hagas todo lo que te pida. Si quiere tener sexo contigo no lo rechaces y finge que te gusta. No le hagas enojar. ¡Nuestras vidas dependen de ello!

Sé fuerte, mi vida; yo te amo. La joven esposa le dice al marido:

– Querido estoy complacida de que pienses así. Efectivamente ese hombre no ha visto en muchos años una mujer, pero no estaba besando mi cuello.  Estaba diciéndome al oído que tú le gustas y quería saber si guardábamos la vaselina en el baño. ¡Sé fuerte, mi vida! ¡¡Yo también te amo !!

La rifa

Un joven de la ciudad se fue al campo y le compró un burro a un viejo campesino por 100 soles. El anciano acordó entregarle el animal al día siguiente. Pero al día siguiente el campesino le dijo:

– Lo siento, hijo, pero tengo malas noticias. El burro murió.

– Bueno, entonces, devuélvame mi dinero.

– No puedo; lo he gastado ya.

– Bien, da igual, entrégueme el burro.

– Y, ¿para qué? ¿qué va a hacer con él?

– Lo voy a rifar.

– ¡Estás loco! ¿Cómo vas a rifar un burro muerto? – Es que no voy a decir a nadie que está muerto, por supuesto.

Un mes después de este suceso se volvieron a encontrar el viejo vendedor y el joven comprador.

– ¿Qué pasó con el burro?

– Lo rifé. Vendí 500 rifas a 2 soles y gané 998 soles.

– ¿Y nadie se quejó?

– Sólo el ganador, pero a él le devolví sus dos soles.

Salmo 129

Un cura va conduciendo cuando ve una monja parada a un lado de la carretera esperando el autobús. El cura se detiene y le ofrece llevarla hasta el pueblo más próximo. La monja acepta y pone el equipaje en el asiento trasero. Al sentarse, su hábito se abre un poco y deja ver una hermosa pierna.

Cuando el cura lo advierte casi ocurre un accidente, consigue controlar el coche aunque no resiste la tentación y pone la mano en la pierna de ella.

La monja mira al cura y le dice:

– Padre, recuerde el Salmo 129.

El cura retira rápidamente su mano y pide disculpas pero sus ojos se resisten a dejar de mirar la pierna, por lo que, poco después, su mano salta de la palanca del cambio esta vez a la rodilla de la monja:

– Padre, recuerde el salmo 129- reitera la monja.

El cura, contrariado retira la mano y trata de disculparse:

– La carne es débil, hermana…

Llegan a su destino y ella mira al cura significativamente y le agradece el favor de haberla acercado a su destino.

El cura prosigue su viaje y cuando llega a su destino corre a ver lo que dice el salmo 129:

– «Sigue adelante e inténtalo. Alcanzarás la gloria».

LECCIÓN:

Esté informado al máximo sobre temas relacionados con su trabajo o se expone a perder grandes oportunidades.

Nacionalidad de Adan y Eva

Un alemán, un francés y un inglés comentan sobre un cuadro de Adán y Eva en el Paraíso que se encuentran viendo en un museo europeo.

El alemán dice: ‘Miren que perfección de cuerpos… ella esbelta y espigada… él con ese cuerpo atlético, los músculos perfilados… deben ser alemanes.’

Inmediatamente, el francés reacciona: ‘No lo creo.  Es claro el erotismo que se desprende de ambas figuras… ella tan femenina… él tan masculino… saben que pronto llegará la tentación… deben ser franceses.’

Moviendo negativamente la cabeza, el inglés comenta: ‘Para nada.  Noten la serenidad de sus rostros, la delicadeza de la pose, la sobriedad del gesto… sólo pueden ser ingleses.’

Mientras que los gringos siguen observando la maravilla del cuadro, pasa un peruano quien había escuchado la discusión y exclama: ‘No estoy de acuerdo!!!!    Miren bien… no tienen ropa, no tienen zapatos, no tienen casa, no tienen plata.  Sólo tienen una pobre manzana para comer y para colmo, está prohibida.  No protestan y todavía piensan que están en el Paraíso… ¡No hay vuelta que darle, esos cojudos tienen que ser peruanos!!’

El encargado de la Fotocopiadora

Hace más de 15 años las empresas tenían una sola fotocopiadora porque eran muy grandes y caras, así que había un centro de fotocopiado para todo un edificio y todos acudían ahí para sacar copias. Sin embargo la confianza de las secretarias con el encargado (Juan) le produjo a este último un problema con su novia por mensajes como estos dejados en su pizarra:

– “Por favor Juan, házmelo lo más rápido que puedas, porque el Gerente me lo va a pedir ahora.”

– “Juan, sé bueno… házmelo como la otra vez, ¡porfis!”

– “Juan,…. hazme cuatro rapidito, pero bien. Tú sabes cómo me gusta.”

– “Juan, la quiero por los dos lados, y fíjate bien que por detrás tiene que entrar todo.”

– “¡Vamos Juan, primero a mí, que lo estoy necesitando súper urgente!”

– “Juan, te pido especialmente que cuando la saques, se vea lo mejor posible.”

– “Juan, hazlo rápido o lento, como quieras, pero que salga bien.”

– “Juan, préstame atención… ¡Estoy atrasada!”

– “Juan, mire que es ancha y larga, así que póngala derechita para que no quede nada afuera… ¿okis?”

– “Juan: ¡No te olvides de sacármela toda por favor!”