Anoche mi esposa y yo estábamos sentados en la sala frente al televisor hablando de las muchas cosas de la vida. Estábamos hablando de la idea de vivir o morir.
Le dije:
Nunca me dejes vivir en estado vegetativo, dependiendo de máquinas y líquidos de una botella, si me ves en ese estado, por favor desenchufa los artefactos que me mantienen vivo… ¡ Prefiero morir! «
Entonces, ella con cara de admiración… se levantó y desenchufó el televisor, la computadora, el equipo de música y me ¡¡botó la cerveza!!
Un hombre que trabajaba en una fábrica de enlatados le confesó a su mujer que estaba poseído por una terrible obsesión:
Introducir su miembro en la cortadora de pepinos.
Espantada, la esposa le sugirió que consultara con un psicólogo. El marido prometió que lo pensaría, pero todos los días le repetía a su esposa la misma historia, hasta que ella, harta, un día le dijo:
– Pues mételo y no me fastidies más. Es tu problema.
Días después, el marido llegó cabizbajo, pálido y profundamente abatido.
– Qué pasó, querido? – Le preguntó la mujer.
– ¿Te acuerdas de mi obsesión por meter el pene en la cortadora de pepinos?
– Oh, no! – gritó la mujer – Dime que no lo hiciste!
– Sí, si lo hice, ¡ lo hice !
– Oh, por Dios. Y… Qué pasó ?
– Me despidieron! – respondió el marido.
– Pero, y… Que pasó con la cortadora de pepinos, te hizo daño ?
Hasta hace cosa de un siglo, los hijos acataban el cuarto mandamiento como un verdadero dictamen de Dios. Imperaban normas estrictas de educación: Nadie se sentaba a la mesa antes que el padre, nadie hablaba sin permiso del padre, nadie repetía el almuerzo sin el permiso del padre, nadie se levantaba de la mesa si el padre no se había levantado antes; por algo era el padre.
La madre fue siempre el eje sentimental de la casa, el padre siempre la autoridad suprema. Cuando el padre miraba fijamente a la hija, esta abandonaba todo; a una orden del padre los hijos varones cortaban leña, alzaban bultos o se hacían matar en la guerra.
Todo empezó a cambiar hace unas siete décadas, cuando el padre dejó de ser el padre y se convirtió en «Papá». El mero sustantivo era ya una derrota. Padre es una palabra sólida, rocosa, imponente; papá es un apelativo para oso de felpa o para perro faldero; da demasiada confianza. Además, la segunda derrota es que papá es una invitación al infame tuteo, con el uso de papá el hijo se sintió autorizado para protestar, cosa que nunca había ocurrido cuando el papá era el padre.
A diferencia del padre, el papá era tolerante. Permitía al hijo que fumara en su presencia, en vez de arrancarle los dientes con una trompada, como hacía el padre en circunstancias parecidas. Los hijos empezaron a llevar amigos a la casa y a organizar bailes y bebidas, mientras papá y mamá se desvelaban y comentaban en voz baja: Bueno, por lo menos tranquiliza saber que están tomándose unos tragos en casa y no en quién sabe dónde.
El papá marcó un acercamiento generacional muy importante, algo que el padre desaconsejaba por completo. Los hijos empezaron a comer en la sala mirando la tele, mientras papá y mamá lo hacían solos en la mesa; tomaban el teléfono sin permiso, sacaban dinero de la cartera de papá y usaban sus mejores camisas. La hija comenzó a salir con pretendientes sin chaperón y a exigirle a papá que no le pusiera mala cara al insoportable novio y que le ofreciera que, en vez de llamarlo «señor González», como habría llamado al padre, que lo llamara simplemente «Tato».
Papá seguía siendo la autoridad de la casa, pero una autoridad bastante maltrecha. Nada comparable a la figura prócer del padre. Era, en fin, un tipo querido; lavaba, planchaba, cocinaba y, además, se le podía pedir un consejo o también dinero prestado.
Y entonces vino ¡ Papi !
Papi es un invento reciente de los últimos 20 ó 30 años. Descendiente menguado y raquítico de padre y de papá, ya ni siquiera se le consulta ni se le pregunta nada. Simplemente se le notifica. Papi, me llevo el carro, dame para gasolina. Le ordenan que se vaya al cine con mami mientras los hijos están de fiesta y que , cuando vuelvan, entren en silencio por la puerta de atrás. Tiene prohibido preguntarle a la nena quién es ese tipo despeinado que desayuna descalzo en su cocina. Ni hablar de las tarjetas de crédito, la ropa, el turno para ducharse, la afeitadora, el ordenador, las llaves. Lo tutean y hasta le indican cómo dirigirse a ellos: ¡Papi, no me vuelvas a llamar «chiquita» delante de Jonathan!
Aquel respeto que inspiraba el padre y, hasta cierto punto el papá, se transformó en exceso de confianza además de convertirse en un franco abuso hacia papi:
¡Oye, papi, se me está acabando el whisky! ¡Oye papi, anda a comprar pan!
No sé qué seguirá después de papi. Supongo que la esclavitud o el destierro definitivo.
Yo estoy aterrado, después de haber sido nieto de padre, hijo de papá y papi de mis hijos, mis nietas han empezado a llamarme: «pa «…
Dos mujeres se encuentran en la calle, una de ellas iba saliendo del salón de belleza.
Mujer 1: ‘¡Hola amiga!!!, ¿Te cortaste el pelo?
Mujer 2: ‘¡Sí, querida!, No te imaginas con quien… Edson, el maestro de la tijera. ¿Cómo me ves?’
Mujer 1: ‘¡Maaaraaaviiillooosaaaaa! Te ves 10 años más joven. ¡Qué bárbaro!, Quiero hacerlo igual, ¿Fue iluminación?’
Mujer 2: ‘Nooo, es una nueva técnica de aclaramiento que él trajo de Italia. Imagínate que… Bla, bla, bla, y te acuerdas de bla, bla, bla, bla y luego bla, bla, bla, bla, bla, bla…..
(Media hora después)
Mujer 1: Bueno amiga. Vete a tu casa que tu esposo se va a enorgullecer de la esposa tan bella que tiene.
Mujer 2: ¡Ay amiga, que gusto me dio saludarte. Salúdame a tu esposito y a los nenes!
Mujer 1 se va pensando: ‘Esa tonta se ve ridícula y no se da cuenta. ¡No entiendo como su marido, tan guapo, sigue casado con ella…!’
Mujer 2 se va pensando: ‘Esa loca debe de estar muriéndose de la envidia. Y todavía quiere arreglarse igual… ¡ja!… Con su pelo de escoba… ¿qué se estará pensando?, ¿Acaso quiere parecerse a mí? Ni volviendo a nacer, TARADA.’
CASO #2
Dos hombres se encuentran en la calle, uno de ellos va saliendo de la peluquería.
Hombre 1: ‘¡Que haces imbecil! ¿Te cortaste el pelo, maricón?’
Hombre 2: No, me creció la cabeza. Claro que me corte el pelo, ¿por qué?
Hombre 1: Es que pareces brócoli.
Hombre 2 : Sí, .. ¡Pero a tu hermana le encantó !
Hombre 1: Estoy apurado feo… Me quito, saludas a la horrible de tu esposa
Hombre 2 : ¡Chau recontra chivo!!! ¡Nos vemos al rato!
Hombre 1 se va pensando: ¡Ese huevas es de la puta madre… ojalá nos juntemos a chupar!
Hombre 2 se va pensando: ‘¡Es un pendex mi compadre… nunca pierde en las bromas!
DIGAN QUE NO….¿QUIÉN TIENE MÁS VALORES SOBRE LA AMISTAD?
CASO # 3
Diferencia entre la amistad de los hombres y la de las mujeres:
1) La esposa pasó la noche fuera de casa.
A la mañana siguiente, ella le explica su marido que había dormido en la casa de su mejor amiga.
El marido entonces llama por teléfono a las diez mejores amigas de su esposa. Ninguna de ellas confirmó la historia.
Todas no supieron qué decir y cayeron en contradicciones.
2) El marido pasó la noche fuera de casa.
A la mañana siguiente, él le explica a su mujer que había dormido en la casa de su mejor amigo.
La esposa entonces llama por teléfono a los diez mejores amigos de su esposo.
Siete de ellos confirmaron la historia, y los tres restantes, además de confirmarla, dijeron que el todavía se encontraba ahí durmiendo ….
Un ratón, mirando por un agujero en la pared ve a un granjero y a su esposa abriendo un paquete.
Pensó, qué tipo de comida podía haber allí.
Quedó aterrorizado cuando descubrió que era una trampa para ratones.
Fue corriendo al patio de la Granja a advertir a todos: – Hay una ratonera en la casa, una ratonera en la casa!
La gallina, que estaba cacareando y escarbando, levanto la cabeza y dijo: – Discúlpeme Sr. Ratón, yo entiendo que es un gran problema para usted, más no me perjudica en nada, no me incomoda.
El ratón fue hasta el cordero y le dice: – Hay una ratonera en la casa, una ratonera! – Discúlpeme Sr. Ratón, mas no hay nada que yo pueda hacer, solamente pedir por usted. Quédese tranquilo que será recordado en mis oraciones.
El ratón se dirigió entonces a la vaca, y la vaca le dijo: – Pero acaso, estoy en peligro?….Pienso que no, dijo la vaca.
Entonces el ratón volvió a la casa, preocupado y abatido, para encarar a la ratonera del granjero.
Aquella noche se oyó un gran barullo, como el de una ratonera atrapando su víctima.
La mujer del granjero corrió para ver lo que había atrapado.
En la oscuridad, ella no vio que la ratonera atrapó la cola de una serpiente venenosa. La serpiente veloz picó a la mujer.
El granjero la llevó inmediatamente al hospital. Ella volvió con fiebre alta.
Todo el mundo sabe que para reconfortar a alguien con fiebre, nada mejor que una nutritiva sopa.
El granjero agarró su cuchillo y fue a buscar el ingrediente principal: la gallina.
Como la enfermedad de la mujer continuaba, los amigos y vecinos fueron a visitarla.
Para alimentarlos, el granjero mató el cordero.
La mujer no mejoró y continuó en el hospital.
El granjero entonces vendió la vaca al matadero para cubrir los gastos de la hospitalización.
Y el único que salió ileso fue EL RATON !!!!
La próxima vez que escuches que alguien tiene un problema y creas que no te afecta, que no es tuyo, y no le prestas atención…. piénsalo dos veces.
El que no vive para servir, no sirve para vivir. El mundo no anda mal por la maldad de los malos, sino por la apatía de los «buenos».
Una mujer escribió a la sección de asesoría financiera pidiendo consejos sobre cómo conseguir un marido rico.
Eso, de por sí, ya es gracioso, pero lo mejor de la historia es que un tipo le dio una respuesta bien Fundamentada! !!
LA CONSULTA: ‘Soy una chica linda (maravillosamente linda) de 25 años. Estoy bien formada (buen cuerpo) y tengo clase. Estoy queriéndome casar con alguien que gane como mínimo medio millón de dólares al año.’
‘Quizás las esposas de los que ganen eso me puedan dar algunos consejos. Estuve de novia con hombres que ganan de 200 a 250 mil, pero no puedo pasar de eso y 250 mil no me van a hacer vivir en el Central Park West.’
‘Conozco a una mujer, en mi clase de yoga, que se casó con un banquero y vive en Tribeca, y ella no es tan bonita como yo, ni es inteligente. Entonces, ¿qué es lo que ella hizo y yo no hice? ¿Cómo llego al nivel de ella? ¡Por favor necesito sus consejos!’
Firma: H. S.
RESPUESTA RECIBIDA: Leí su consulta con gran interés, pensé cuidadosamente en su caso e hice un análisis de la situación.
Primeramente no estoy haciéndole perder tiempo, pues gano más de 500 mil por año. Aclarado esto, considero los hechos de la siguiente forma:
Lo que Usted ofrece, visto desde la perspectiva de un hombre como el que Usted busca, es simplemente un pésimo negocio. He aquí los por qué:
-Dejando los rodeos de lado, lo que Usted propone es un simple negocio.
Usted pone la belleza física y yo pongo el dinero. Propuesta clara, sin entrelíneas. Sin embargo existe un problema: Con seguridad, su belleza va a decaer y un día va a terminar, y lo más probable es que mi dinero continúe creciendo.
Así, en términos económicos Usted es un activo que sufre depreciación y yo soy un activo que rinde dividendos. Usted no sólo sufre depreciación, sino que como ésta es progresiva, ¡aumenta siempre! Aclarando más, Usted tiene hoy 25 años y va a continuar siendo linda durante los próximos 5 a 10 años, pero siempre un poco menos cada año, y de repente si se compara con una foto de hoy, verá que ya estará envejecida. Esto quiere decir, que Usted está hoy en ‘alza’, en la época ideal de ser vendida, no de ser comprada. Usando lenguaje de Wall Street, quien la tiene hoy la debe de tener en ‘trading position’ (posición para comercializar) , y no en ‘buy and hold’ (compre y retenga), que es para lo que Usted se ofrece.
Por lo tanto, todavía en términos comerciales, casamiento (que es un ‘buy and hold’) con Usted no es un buen negocio ni a mediano o largo plazo, pero alquilarla (leasing) puede ser un negocio razonable que podemos meditar y pretender.
Yo pienso, que mediante certificación de, cuán ‘bien formada, con clase y maravillosamente linda’ es, yo sea un probable futuro arrendatario de esa ‘máquina’. En ese sentido le propongo que hagamos, lo que para estos casos es una práctica habitual: Hagamos una prueba, o sea un ‘test drive’ para validar el interés de concretar una operación.