Maní Confitado o Sensual Praline

Señora de las cuatro décadas
Y pisadas de fuego al andar
Su figura ya no es la de los quince
Pero el tiempo no sabe marchitar
Ese toque sensual
Y esa fuerza volcánica de su mirar”
Ricardo Arjona

Lo vemos casi a diario en todo Lima, y seguro que existe en todo el Perú. Es delicia de mayores, muy poco apreciado por menores y para muchos jóvenes es desapercibido.

Por ello me he preguntado ¿porque casi siempre lo consumen los que pasan de los 30 y mucho mas de los cuarenta?.

Me refiero al MANI CONFITADO, Su preparación es sencillísima, solo se pone a cocinar el azúcar en una paila de cobre (si o si de este este metal), esta jira sobre un quemador y cuando el azúcar llega a su punto de caramelo se le agrega el maní pelado sin sal, comienza a caramelizar, la textura toda rugosa y dorado se produce por la cristalización del azúcar, se debe mover profusamente con unas cucharas de acero hasta que el ambiente se impregne de un aroma que despierta los cinco sentidos y algo mas.

No hay nada mas rico que comer un puñado de maní confitado recién salido de la paila.

En casi todo el mundo se le conoce como PRALINE y los hay también  de avellanas, almendras o nueces pero estos últimos son más utilizados en la pastelería fina para rellenos o decoración de postres. En España lo llaman “Garrapiñada”

Su primer nombre fue “Prasline” y el que lo preparo por primera vez fue el soldado y cocinero Clement Lassagne, el mismo que trabajaba para el Mariscal y diplomático francés: Caesar, Duc de Choiseul, mas conocido como Conde de Plessis-Praslin, La hermosa hija del duque, María Virginie, no encontraba pretendiente alguno y su edad frisaba los cuarenta.

Solo un hombre lo amaba en silencio, este era el soldado y cocinero Clement Lassagne, quien para estar cerca de la mujer de sus sueños, preparaba esta delicia, la misma que todas las tardes agasajaba la mesa de María Virginie. El padre de tan apreciada dama se dio cuenta de las intenciones del soldado y cocinero  y teniendo en cuenta la diferencia de las clases sociales, decide prescindir de los servicios de tan osado galante.

Lassagne decide abrir una confitería (1670) denominada Maison de la Praline, este se encuentra a 110 Km. de Paris en la villa de Montargis, local que hasta el día de hoy existe,  La joven escritora Aída Páramo describe a este local en su estilo peculiar: “La Céleste Praline: Chocolaterie Artisanale: Sé que no es el día que acostumbro a venir, mon pére, pero necesitaba hablar.

La panadería se abrió ayer. Aunque no es una panadería. Cuando me desperté ayer, a las seis de la mañana, ya habían retirado la tela de protección que la cubría. Estaban colocados el toldo y los postigos y levantada la persiana arrollable del escaparate. Lo que antes era un caserón corriente y más bien destartalado, como tantos otros de por aquí, se había convertido en una especie de tarta roja y dorada que se recortaba sobre un deslumbrante fondo blanco.

En los maceteros de las ventanas hay rutilantes geranios rojos y en torno a las barandillas se retuercen guirnaldas de papel crespón. Y coronándolo todo , un letrero de madera de roble en el que aparece el nombre de la tienda trazado con letra inglesa La Céleste Praline:Chocolaterie Artisanale”(1)

Cuando se recorre Lima Antigua, especialmente la Av. Garcilazo de la Vega (antes Wilson), el transeúnte puede deleitarse con un aroma embriagante, el aroma de la mezcla de azúcar en caramelo cubriendo un delicioso y peruanísimo maní (los incas lo llamaban Inchic), grano rico en grasas, los Mochicas y Chimues le tenían tan grato aprecio que lo representaban en oro y plata.

Estimado comensal, cuando llegue a tus manos el maní confitado y si es posible caliente y al sentir el crujir de su textura, recuerda a la bella María Virginie, quien en su belleza post primavera, motivo la invención de la exquisita Praline.

“Es usted amalgama perfecta
Entre experiencia y juventud.
Señora de las cuatro décadas
Usted no necesita enseñar
Su figura detrás de un escote
Deja huellas por donde camina
Que la hacen dueña de cualquier lugar”
Ricardo Arjona

Autor: Rodolfo “Locrito” TAFUR Zevallos

Fuente de Investigación y Bibliografía
Páramo, Aída:”Letras para el Paladar………La Celeste Praline”
Colaboración:
Archilla Javier: Chef pastelero Argentino