¿Qué hacemos con los restos del pavo navideño?

Tras el 24 y el 25 de diciembre y la correspondiente celebración de la Navidad, una gran pregunta invade a muchas familias: ¿Qué hacemos con lo que sobre de la cena navideña?

Tenemos varias posibilidades para aprovechar tanto el pavo, como el puré y las demás guarniciones preparadas para la cena de Noche Buena, sea para el desayuno, el almuerzo o la cena del día siguiente o incluso de las próxima jornadas, dependiendo de la cantidad que se prepare.

Por ello, tenemos algunas opciones que sugerimos para no desperdiciar el pavo que sobra en estas fiestas:

Spaghettis con base de Pavo:

El procedimiento de preparación es sencillo: Hervir la pasta en abundante agua con sal. Mientras, se fríe en la sartén un poco de aceite, zanahoria, apio, cebolla, ajo, pimiento verde, champiñón, tomate natural triturado y salchicha fresca bien picada, todo con un toque de albahaca fresca, perejil y pimienta blanca.

Se deja pasar un poco los ingredientes y el sofrito se une con la pasta, para luego remover a fondo sin olvidar servir con el clásico queso rayado.

Empanada de Pavo:

Para la elaboración de la tradicional empanada, se debe usar: sobras de pavo desmenuzado, base de masa fina, maíz dulce en grano, cebolla roja, pimiento rojo asado, queso provolone o mozzarella, mantequilla, pimentón dulce, sal y pimienta.

Se sofríen todos los ingredientes bien picados. Una vez fría la mezcla, rellenar la empanada y freir en abundante aceite o pasar al horno.

También se puede usar la carcasa del Pavo para preparar un suculento caldo. Se pone en olla con un par de cebollas, ajo, perejíl, apio, zanahoria, etc con mucha agua. Se tapa y se deja cocer a fuego lento durante un par de horas. Al terminar, tirar los restos y quedarse con el caldo solo. Se puede tomar como consomé o congelar en raciones para guisos, sopas y crema de verduras.

Caldo de Pavo:

También se puede usar la carcasa del pavo para preparar un caldo suculento y reparador. En una olla se coloca un par de cebollas, ajo, perejíl, ajo, zanahoria y abundante agua. Se tapa y deja cocer a fuego lento durante dos horas. Al finalizar, tirar los restos y quedarse solamente con el caldo, que puede ser consumido en consomé o congelado en raciones para guisos, sopas y cremas de verduras.