La trágica y vergonzosa noche de Rosario

Perú ha sido protagonista de varios pasajes emotivos en la historia de los Mundiales, pero también ha sido parte de uno de los capítulos más oscuros del certamen y que hasta nuestros días no ha sido esclarecido.

Ocurrió en el Mundial de 1978 en Argentina…

Perú llegó como la sensación al Torneo, y confirmó tal condición ganando su grupo, superando incluso al subcampeón mundial Holanda en la tabla de posiciones. Derrotó con autoridad a Escocia e Irán, igualó con el cuadro holandés y consolidó al mejor medio campo del torneo con Velázquez, Cueto y Cubillas.

Argentina apenas pasó su grupo y además perdió ante Italia en la primera ronda, generando la incertidumbre en todo el país por el accionar del equipo de César Luis Menotti. Pero todo cambió en la segunda ronda.

El 21 de Junio de 1978, se disputó en el estadio Dr. Lisandro de la Torre o ‘Gigante de Arroyito’ de Rosario, la tercera y última fecha de la llave semifinal (Grupo B) entre Argentina y Perú. Previo al choque, Brasil había derrotado 2-0 a Polonia, y obligaba a los albicelestes a golear por una diferencia de cuatro, al ya eliminado equipo peruano.

Argentina goleó, no sólo por cuatro: El 6-0 ha sido el resultado más vergonzoso en la historia de la bicolor en los Mundiales.

Desde esa fecha, hace ya 32 años, muchas dudas se tejieron a partir de ese ‘partido’; ¿se echaron? ¿Se chuparon?, o ¿han sido sobornados?.

En un libro ‘El Hijo del Ajedrecista’ de Fernando Rodríguez Mondragón, se afirma que los jugadores peruanos recibieron dinero proveniente del Cartel de Cali. Otras versiones indican que el entonces dictador argentina Jorge Videla, habló en privado con el DT Marcos Calderón y con el portero Ramón Quiroga (argentino, natural de Rosario, pero nacionalizado peruano), quien en principio no iba a jugar el partido. Hasta se habló de un dopaje por parte de todo el plantel albiceleste.

¿Argentina necesitaba humillar a Perú para ser campeón mundial?

Fue extraño que dos partidos decisivos se jueguen con tres horas de diferencia. En el Estadio General de San Martín en la ciudad de Mendoza, Brasil derrotó 3-1 a Polonia con lo que la lbiceleste debería ganar por cuatro goles de diferencia para llegar a la final. Obviamente, Videla, los organizadores y los propios argentinos estaba en completa angustia.

Aquella noche de Rosario, Perú fue apenas un fantasma. Sólo jugó los diez primeros minutos, en que Muñante y Oblitas estrellaron dos tiros al palo. Después llegó la debacle total: Kempes (2), Luque (2), Tarantini y Houseman decretaron el 6-0., el más extraño de la historia; el pasaje al éxito para Argentina, el boleto a la decepción para Perú, a tal punto que mucha gente especula que Perú usó el uniforme alterno porque Marcos Calderón quería evitar la vergüenza, y el robo más descarado a la selección brasileña, que merecidamente, merecia jugar la final del Mundial ante Holanda.

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El video que sigue, es una versión humorística del programa Videomatch, acerca del choque en Rosario

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