La Navidad está a la vuelta de la esquina y por ende, los fuegos artificiales llenarán de los los cielos de nuestra ciudad. Pero ojo, hay que tener en cuenta que se tratan de elementos sumamente peligrosos y el mal uso de ellos podría desencadenar accidentes por lamentar.
Primero, hay que tener en cuenta que los fuegos artificiales deben ser comprados sólo en lugares autorizados por el municipio. De esta manera podemos constatar, que estos productos son hechos de manera legal y con los insumos ideales en su proceso de elaboración. Estos productos deben poseer el número de registro, nombre del fabricante o importador, y las indicaciones de empleo de la misma.
Por nada del mundo se deben colocar juegos pirotécnicos en envases de vidrio o latas, sobre todo los «voladores» o «espaciales». De hacer esto, se debe tener precaución hacia dónde se apuntan los juegos y procurar no arrojárselos a los animales dado que son muy sensibles.
Los pirotécnicos no deben ser llevados nunca en los bolsillos ni tampoco, deben estar expuestos al sol o al calor. Los vendedores deben colocar la mercadería debajo de un toldo para que los rayos del sol no incidan sobre la pirotecnia. Es más, debe impedir que la gente se acerque con cigarrillo en mano ni mucho menos dejar a un menor de edad al cuidado del negocio.
Tampoco deben ser empleados al interior de la vivienda (y al decir esto nos referimos también a los jardines).
Si el producto no llega a reventar, no debe ser tocada pese a que la mecha aparente estar apagada. Un buen porcentaje de accidentes se han provocado por este motivo.
Luego de hacer uso de los juegos pirotécnicos, es importante el lavado pleno de manos con abundante agua y jabón.
Y lo más importante. Un adulto debe supervisar siempre el encendido de estos juegos, pues estos materiales pueden ocasionar serios accidentes en cara, ojos y manos. Ya hemos visto un par de casos y por el bien de nuestras familias, es importante prevenir antes que lamentar.
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