La violencia delictiva no tiene límites. Hace poco una funcionaria pública fue asaltada por unos marcas a la salida del banco, desponjándola de una importante cantidad de dinero. La modalidad de marcas actúa en todos los rincones de Lima: Surco, Miraflores, San Isidro, La Molina, Independencia, Callao, Jesús María, en fin, muchos lugares y muchas modalidades para hacer de las suyas.
Por ejemplo, se mezclan entre el público dentro del banco, simulan ser cambistas (incluye uniforme), hasta se disfrazan de vigilantes. Tienen incluso el desparpajo de usar a mujeres embarazadas, niños y adultos mayores, para que sirvan de «campana» y así pasar desapercibidos.
Con todo ello, el hampa logra imponerse ante la sociedad y logra saber los movimientos de sus potenciales víctimas. Al tener la «carne fresca» llegan en moto o en carro al banco y siguen la marca de su víctima, hasta cercarlos en un lugar «propicio» y robar todo lo que se les venga en gana.
Por ello, los clientes debemos ser cautos y muy prudentes al momento de ir a ventanilla o al cajero automático. No es necesario retirar cuantiosas sumas de dinero, porque ahora hay opciones de hacer depósitos de cuenta a cuenta (y por internet). Lima cuenta con muchas agencias bancarias, cada día aparecen más, pero también, aumenta el alto índice de delincuencia que no cree en nada y roba sin importar la vida humana.
La Ley peruana sanciona ahora los actos preparatorios de los delincuentes para cometer un delito. Pero, juega mucho la atención que el cliente bancario le preste al momento de hacer uso de dinero de ventanilla o de los cajeros. Debe ser muy cuidadoso y en caso presienta una presencia extraña a su alrededor, debe tener siempre a la mano un número de seguridad para alertar sobre un posible peligro que recae sobre él.
La seguridad de las personas están en manos de la misma sociedad.