La llegada del hermanito

La llegada de un hermanito es un acontecimiento importante en la vida de un niño, al que puede reaccionar con rechazo por sentir que puede ser desplazado del amor de sus padres por el bebé, por eso es positivo darle atención, hacerlo sentir importante haciéndolo partícipe en los preparativos para el nacimiento de su hermano. Para faciiitar la aceptación del niño a esta nueva situación, aquí le presentamos algunos consejos:

Comunique al niño del embarazo, escoja el momento correcto y bríndele una idea de en cuánto tiempo nacerá su hermanito. Conteste las preguntas que el pequeño le haga, pero no le dé información excesiva o incomprensible para su edad. Recuérdele cuando él era pequeño, puede mostrarle fotos y darle una visión positiva de esa etapa como diciéndole que será divertido para él. Puede involucrarlo en la decoración del cuarto, en la ropa del niño, así se sentirá tomado en cuenta.

Trate de entusiasmar al pequeño recordándole que será él hermano mayor y que ahora tendrá un compañero de juegos.

Lo que debe tratar es de que el niño se sienta reconocido, en ocasiones al nacer el hermano, el hijo mayor comienza a comportarse como bebé o quiere volver a tomar el biberón, entre otras conductas regresivas, hay que tener un poco de paciencia. En los primeros días la madre está dedicada al bebé, en esos casos se puede aprovechar para que el padre le dedique tiempo al niño, saliendo juntos, con juegos o actividades.

Puedes pedirle ayuda al pequeño en tareas simples para que se acerque al bebé pero si no quiere no lo obligues, él se irá acercando poco a poco, en tanto debes brindarle atención para que no se exacerben sus celos.

Algunos niños pueden tener conductas agresivas hacia al hermano que no deben ser toleradas. En algunos casos la agresividad sale a flote en el nido o colegio, a través de juegos.

Otro consejo es que el día del nacimiento se tenga planificado como pasarán los días cuando mamá se encuentre en el hospital. Que no tenga la sensación de desatención, también es una buena idea preparar juegos para que no se aburra cuando la mamá se encargue de bañar o alimentar al bebé.

Reflexiones de Navidad

¿Qué es lo que nos deja la Navidad?, no tengamos en cuenta las deudas asumidas por tanto compromiso, o las indigestiones por los excesos del licor y la cena.

Tengamos en cuenta, que quizás sea la época del año en que la familia puede reunirse, pero preguntémonos si existe otras oportunidades para reunirnos con los que amamos, quizás el trabajo, los estudios o múltiples actividades que copen nuestra agenda, no nos permiten disfrutar de esos momentos, de que serviría tanto trabajo si al final no podemos compartir nuestro tiempo con los que amamos, o quizás las llamadas que hacemos una vez al año a esos amigos de toda la vida, ¿porqué no lo hacemos más seguido?

De repente nos motivamos a ser generosos con los que necesitan, nuestro prójimo. Sí estamos en la posibilidad de hacerlo más de una vez ¿porqué no lo hacemos sin esperar que sea una fecha especial? Sin esperar que sea sólo Navidad.

Quizás esa noche compartas la mesa y tu cena con alguien que está sólo o que está triste, pregúntante si en el año venidero tendrás más oportunidades de poder hacerlo con otras personas que también necesiten de tu apoyo moral. Más de uno lo necesitará y te lo agradecerá Recuerda que aquella persona a la que ayudas, sea niño, joven, adulto o anciano puede representar a Jesús.

Navidad es una época para perdonar, para no guardar resentimientos y si en el transcurso del año alguien te lastima, perdónalo y olvida. El rencor no nos hace libres, y necesitamos de libertad para vivir intensamente.

Si tienes que cerrar una etapa o una historia, hazlo no vivas tu presente pensando que sigues en el pasado. No es saludable permanecer en una etapa más allá de lo necesario. Cierra círculos, puertas o capítulos y abre otros, aquellos que contribuyan con tu desarrollo como persona y aquellos que te unan a la gente. Búscate una estrella que sea tu guía, y reparte alegría.

Navidad debe ser motivo de inspiración para todo el año, para continuar celebrando el nacimiento de Jesús en nuestros corazones, para celebrar la vida misma.