El tema del sexo es siempre un poco engorroso, yo diría incluso bastante incómodo a veces. Pero no es necesario ser especialista sexóloga como Alessandra para emitir una opinión o al menos para decir un par de cosas que pueden resultar en alivio de nuestro Karma.
Para empezar yo siempre pensé que el sexo era un punto determinante de la relación, léase esto como, un buen sexo igual un buen matrimonio. Podría remontarme a unos años atrás cuando escuché a una tía mia decir en forma de chiste pero con mucha autoridad que: «una mesa bien servida y una cama bien movida aseguran tu matrimonio» y ella tiene más de 30 años de feliz matrimonio.
La verdad, yo no sé si en realidad un buen sexo asegura la vida de una relación, claro que la recrea y la relaja pero no es un seguro matrimonial. Aunque algunas veces el sexo no tiene nada de recreativo ni relajante, sobre todo cuando hay problemas como disfunción eréctil, eyaculación precoz, falta de libido en la mujer, frigidez, etc.
Particularmente debo decir que estoy bastante satisfecha con mi relación en el ámbito sexual, mi marido es muy bueno haciendo lo que sabe hacer y lo que debe hacer pero debo confesar, ahora que llevo una vida sexual segura y regular que la vida real dista mucho de las películas.
Es que en algún momento de mi vida, cuando soñaba con encontrar el príncipe azul, alucinaba también sobre cómo sería tener sexo con él. Alucinaba con las escenas de nueve semanas y media, bajos instintos, y todas esas cintas eróticas que te pintan el sexo como algo lleno de… CINE.
Nunca imagíné que tener sexo no sólo me dejaría extenuada como hacer cuatro horas de spinning consecutivas, sino que me causaría tal hambre y sed al terminar que luego tendría que cansarme más en el gym para perder todas las calorías post coitales.
Esas sesiones de sexo recontra alucinantes son interesantes y se las dejo a los actores de cine.
Yo he aprendido un nuevo sexo con mi marido. El sexo de las miradas, el sexo de los besos y las caricias. El sexo suave que te va llevando poco a poco al limbo, ese sexo que te hace sentir muy femenina, muy bonita, súper sexi, ese sexo que te vuelve la mujer más deseada del mundo. Ese sexo que es curativo, que te mejora el rostro, que te hace brillar la mirada y te hace cantar.
Ahora creo que en el matrimonio hay más que sexo, creo que hay amor, amistad, complicidad, ternura, hay fe del uno para con el otro, y muchas ganas de hacer juntos las cosas.
Y muchas ganas de tenerse ganas también.
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