Siempre me he preguntado porqué esa fiebre de buscar el vestido blanco, de diseño exclusivo y de tela y confección perfectas para casarse. No niego que uno debe tener estilo y gusto para vestirse a diario, pero ¿por qué centrar todas las expectativas de una fecha tan trascendente en la vida de una mujer, en un vestido? ¿Acaso casarme con un vestido costoso (sea éste blanco o no) me asegura la felicidad?
Una vez, al enterarse una amiga mía muy querida mi opinión sobre casarme de blanco me dijo: Que casarse de blanco es uno de los mayores sueños de una mujer y es talvez la mayor ilusión de la vida. Y bueno, yo respeto su punto de vista y creo que es la opinión de un buen grupo de personas, no obstante, discrepo con esa afirmación.
Yo concibo como un sueño conocer un lugar, lograr una meta, llegar a ser el mejor en tu rubro, y considero estos puntos como sueños dignos de perseguir y lograr. Puedo considerar como una ilusión casarte, tener hijos, formar una familia bien constituida y llegar a ser feliz. Una ilusión digna hacer realidad.
Yo soy mujer y tengo y comparto los gustos y las ilusiones de la mayoría de mi género. Sin embargo creo que yo concibo el matrimonio no como un suceso de páginas sociales, yo concibo el matrimonio como un reto más en mi vida, como el inicio de un compromiso de vida, como una base importante de la sociedad con demasiadas responsabilidades de por medio como son, el organizar en una sola institución dos mundos totalmente distintos y además concebir y educar nuevos individuos cuya visión de la vida y futuro dependen de los valores que le sean inculcados en su hogar.
Creo que es mejor ponerse a analizar toda la responsabilidad que implica formar un matrimonio antes que perder el tiempo en contratar el vestido, el champagne y la orquesta de la recepción.
Es mi modesta opinión que es igual casarse de blanco u otro color de moda con un vestido del mejor diseñador mundial y con el presupuesto más caro, que casarse de jeans en el pueblito más modesto, es cuestión de sentirse seguro del paso que se va a dar.
No estoy en contra de los matrimonios espectaculares, de hecho si en algún momento decido hacerlo yo y adquiero el mejor vestido de hecho lo haré por vanidad, y digo que me luciré como nunca y como nadie, por que como dicen todos “La novia debe lucirse”, pero aseguro que será sólo para la foto y para haberme sentido el centro de atención ese día, y talvez para realizar el sueño y la ilusión de otras mujeres de mi familia, pero en el fondo ese día no pasará de haber sido un día frío y agotador sin mayor sentido que la vanidad.
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