Según datos de Essalud, en nuestro país 50 000 personas tiene el virus de la hepatitis B en su organismo, en mayor medida en la cuenca amazónica y en los valles interandinos.
La hepatitis es la infección del higado a causa de un virus, existen varios tipos de hepatitis, los que más se han estudiado son los tipos A, B, C, la hepatitis B y C son las más graves pues pueden hacerse crónicas o derivar en cirrosis.
Tipos de Hepatitis
Hepatitis A
Es la más usual y suele darse por consumir alimentos contaminados, por pobres condiciones higiénicas y es bastante contagiosa. Ocasiona síntomas como tono amarillento de la piel, orina de color oscuro, puede sanar incluso sin tratamiento, en algunos casos raros puede darse como fulminante.
Hepatitis B
Se contagia a través de relaciones sexuales, por transfusiones de sangre, agujas contaminadas, también por el uso de implementos de uso personal como cepillos de dientes y máquinas de afeitar.
En este tipo suelen presentarse síntomas parecidos a los de una gripe o similares a los de la hepatitis A.
Algunas personas se curan sin secuelas y no se volverán a contagiar, otros pueden padecer de la enfermedad crónicamente y padecer cirrosis con el tiempo, otros se vuelven portadores de por vida, sin que sean afectados por la enfermedad.
Hepatitis C
Al igual que la de tipo B, se adquiere a través de intercambio de fluidos, relaciones sexuales, compartir agujas, también de la madre al bebé.
La enfermedad no presenta síntomas y se descubre casualmente por algún análisis o cuando ya ha evolucionado en una cirrosis. En la mayoría de los pacientes la hepatitis se vuelve crónica. El tratamiento incluye uso de interferón y últimamente algunos países usan antivíricos para la enfermedad.
Otras vías de contagio y conductas de riesgo son:
Hacerse tatuajes o piercings, pacientes con insuficiencia renal que se sometan a hemodiálisis, y personas que hayan recibido transfusiones de sangre antes del año 1992.
El tratamiento a inicios de la enfermedad puede retrasar o reducir el deterioro del hígado, por ello, es conveniente que las personas que han tenido conductas riesgosas se hagan la prueba para iniciar el tratamiento de manera temprana.
En el caso de bebés hijos de madres infectadas con hepatitis B, la vacuna puede ser aplicada durante las primeras 12 horas de haber nacido.
También personas expuestas al virus de la hepatitis B, como trabajadores de salud, diabéticos, o con conductas de riesgo (previa consulta médica) pueden recibir la vacuna.