Investigadores de la Universidad Libre de Berlín, encabezados por el profesor mexicano Raúl Rojas, presentaron el «Spirit of Berlin», un automóvil que puede ser conducido con el movimiento de los ojos y que abre las posibilidades de conducción a discapacitados físicos.
Después de muchas investigaciones, el equipo de expertos ha desarrollado la tecnología «EyeDriver» que, a partir de un complejo conjunto electrónico, permite que el movimiento de las pupilas esté directamente conectado con las ruedas delanteras del vehículo, encargadas de controlar la dirección.
Ante una gran expectación de periodistas, el coche fue presentado en la explanada del histórico aeropuerto de Tempelhof, donde se realizó una demostración del funcionamiento del nuevo «Spirit of Berlín».
Para su conducción, es necesario que el chofer del vehículo se coloque un casco que incluye un cristal-espejo capaz de reconocer el movimiento de las pupilas.
Además, en su parte superior, el vehículo cuenta con un láser giratorio a 360 grados que emite 64 rayos, cuya función es la de detectar y comunicar a un ordenador la posición de los objetos que hay a su alrededor.
El «Spirit of Berlín» incluye también tres antenas, varias cámaras, sensores y un odómetro en la rueda trasera, que marca automáticamente la distancia recorrida y la cantidad devengada.
Mediante esa tecnología, un ordenador procesa el entorno en el que se mueve el vehículo, incluidas las líneas que marcan los distintos carriles y reconoce las señales de tráfico.
A partir de aquí, el movimiento de los ojos se convierte en el volante del coche que guía su dirección, siempre y cuando ningún objeto entorpezca la trayectoria, dado que entonces el «Spirit Of Berlin» frena de manera automática.
Gracias a la nueva tecnología desarrollada, el coche aumenta las posibilidades de seguridad en conducción, ya que podría evitar que personas que cruzaran por delante de los autos fueran atropelladas.
El nuevo coche abre la posibilidad de conducción a las personas que antes no podían hacerlo porque tienen alguna minusvalía física, como por ejemplo aquellos que no tienen brazos o problemas de movilidad en ellos.
La tecnología ha sido desarrollada por un equipo de la Universidad Libre de Berlín, encabezada por el profesor mexicano Raúl Castro, en colaboración con la empresa SensoMotoric Instruments.
Aunque todavía seguirán con las investigaciones para mejorar la calidad y las propiedades del «EyeDriver», el fin último es conseguir el «auto autónomo», en el que no haga falta un chofer.
Por ahora el nuevo vehículo es caro, alrededor de 150.000 euros, pero se prevé que en un futuro el coste de la tecnología utilizada se rebaje y los coches puedan ser utilizados de manera general.
En declaraciones a EFE, Rojas manifestó que, en 30 o 40 años, los autos autónomos serán «el futuro» porque, según aseguró, «serán mucho más seguros».
Según explicó, para conseguir el «ansiado coche autónomo», en los próximos meses concentrarán esfuerzos en desarrollar «sistemas que consigan centrar en el auto en el carril», algo que todavía no se ha conseguido.
El coche «conoce las reglas del tráfico, conoce la posición de la calle, y, aunque no permite evitar que se salga del carril si los ojos se desvían, sí ofrece la posibilidad de decidir hacia dónde girar en un cruce», señaló el profesor Rojas.
«Nuestro objetivo a largo plazo es que el conductor desaparezca y los autos sean completamente autónomos», lo que permitirá que «las personas, discapacitadas o no, se suban en un coche como si fuera un taxi con un chofer invisible».
Las ventajas no solo son para las personas a nivel individual, sino también para el tráfico ya que, según afirma, «se producirán menos accidentes y habrá menor número de vehículos transitando por las calles».