Para nadie es un secreto que Alianza Lima ha tocado fondo, pero lo lamentable es que esa crisis abarca tanto lo administrativo como lo deportivo y peor aún, el futuro es totalmente incierto.
Todos se pelean por el poder del club, absolutamente todos. Por un lado, un ‘presidente’ que sigue entornillado al cargo y que poco a poco está perdiendo gente en la comisión directiva. De 12 que son, solamente quedan cuatro: (Alarcón de presidente y sus socios Villareal, Pinatte y Valqui), quienes ejercen un mandato ilegal, pues según Carlos Franco, con 4 personas una comisión directiva no merece ser llamada como tal.
Y precisamente, al otro lado está un grupo de socios liderado por Carlos Franco Chipoco, ex presidente de Alianza y hombre de confianza de otra ex autoridad como Alfonso de Souza Ferreyra. No podemos negar que las intenciones de Franco son las de limpiar la institución de la pésima gestión de Alarcón, pero no conocemos sus intenciones.
Esta semana, el Poder Ejecutivo lanzó el tan necesitado salvavidas para los clubes deudores. En abril, una nueva administración nombrada por Indecopi, tendrá que tomar las riendas de Alianza Lima y de una vez por todas, la formalidad entrará a la institución a costa de directivos que hicieron lo que les vino en gana con el patrimonio de Alianza.
No soy un entendido en reestructuración empresarial ni temas concursarles, pero esta medida ayudará a que haya seriedad en el manejo de los clubes y se den a conocer movimientos falsos en los últimos años.
Con el nuevo administrador judicial, nos vamos a librar de Guillermo Alarcón, de Jorge Villareal y del señor Valqui, quienes tendrán que rendir cuentas (con documentos en mano) de su gestión, de como encontraron y como dejan la institución.
El ingreso de Indecopi será el primer paso de todo un proceso que traerá muchas secuelas, como por ejemplo los sueldos de los jugadores. El nuevo administrador tendrá que determinar si es necesario rebajar el salario de ciertos jugadores. (Eso implica otra entrada en cancha de la Agremiación).
Lo futbolístico:
Tan incierto es lo administrativo en Alianza Lima como el camino en la Copa Libertadores. Una nueva derrota, esta vez ante Vasco da Gama en Brasil, nos deja en la cuerda floja y en la necesidad imperiosa de sumar nueve puntos en tres partidos que tenemos de local.
Pero al ritmo que va, eso parece ser una utopía. No caímos 4-1 como con Libertad, pero pese el 3-2 ante los brasileños fue demasiado engañoso, más aún si tenemos en cuenta que a los horrores defensivos le agregamos la poca efectividad de Alecsandro en los penales, sus dos goles anulados, el tiro al palo de Juninho Pernambucano y la actuación importante de Salomón Libman en el arco. En resumen: la sacamos barata.
Criticable lo de Christian Ramos, muy criticable. No le encuentro actuaciones destacadas al ex San Martín y su sector es una puerta tan abierta para los ataques rivales como Manuel Corrales, quien fue otro de los puntos débiles en la noche copera del martes.
Además, ni Paolo Hurtado ni Jorge Bazán son ni la sombra de lo que fueron el año pasado. Lo comenté la noche del partido: han ido a pelotear y sus actuaciones simplemente les quitan el mote de »jugadores exportables». ¿Falta de Confianza?
Y para seguir agregando la incertidumbre ¿Qué será de Alianza sin Jhonier Montaño? El colombiano, harto del maltrato de la dictadura, decidió irse del club y su presencia, para algunos, se hará extrañar. No hay un jugador que tome el control del equipo como él y el »indicado» no puede jugar porque aún no resuelve si situación con Universidad Católica: Fernando Meneses.
Este es el presente de Alianza Lima ¿Qué mas sucederá la próxima semana?