Algo que siempre caracterizó a Alianza Lima en sus 111 años de vida, fue la aparición de jugadores »Made in La Victoria», aquellos muchachitos que recibieron su oportunidad siendo tan jóvenes y que no pararon hasta destacarse en nuestro fútbol y en algunos casos en el exterior.
El viernes pasado, fue Yordy Reina la última aparición del equipo grone. José Soto le dio la oportunidad de jugar ante Sport Boys y el menudo jugador no defraudó esa confianza. Apareció con la ’26’ en la camiseta y fue el mejor jugador del partido, anotando incluso el primer gol sobre el arco rosado.
Pero detrás de Reina hay muchos nombres para destacar dentro de los jugadores que empezaron sus carreras en Alianza Lima y que lograron destacar.
Quizás el caso más emblemático es el de Teófilo Cubillas. A los 15 años llegó a Alianza Lima procedente del Huracán Boys de su natal Puente Piedra. Logró ganar los títulos juveniles de 1965 y 1966 y a los 17 años fue el máximo goleador del primer Descentralizado con 19 conquistas en su debut como profesional.
Luego, la historia del ‘Nene’ es conocida. Máximo goleador de Perú en los Mundiales, campeón de América en 1975 con la Selección y figura en el Porto de Portugal. Actualmente es instructor de la FIFA y voz autorizada para referirse sobre el día a día del fútbol peruano.
Siguiendo con el recuento, como olvidar a la generación del 87, aquellos jugadores que el destino nos quitó en el mar de Ventanilla y que demostró para muchos el mejor fútbol de Alianza Lima en toda su historia. El »Potrillo» Luis Escobar, »Pelé» Casanova, »Pacho» Bustamante, »Pechito» Farfán, todo un grueso de jugadores que se fueron y que desde el cielo vigilan los pasos de su querido Alianza Lima.
En el año 1993, llegó Miguel Angel Arrué a la dirección técnica del primer equipo. Alianza, no superaba en lo deportivo la pérdida de sus potrillos y no había podido darle vuelta a la situación, apelando en algunos casos a jugadores que estaban en el ocaso de su carrera (César Cueto o José Velásquez) o contrataciones en algunos casos acertadas (Rosinaldo Lópes) y otras no (el famoso Chulapa).
Arrué se la jugó por las canteras y de esa apuesta salieron jugadores como Paulo Hinostroza, Carlos Basombrío, Frank Ruiz, Darío Muchotrigo, Juan Jayo y Waldir Sáenz, entre otros.
Vamos a centrarnos en dos nombres: Juan Jayo, capitán en la actualidad de Alianza y que tuvo una carrera importante en Unión de Santa Fe (Argentina), Celta (España) y Las Palmas (España), además fue seleccionado peruano entre 1994 y 2008, participando en tres procesos clasificatorios mundialistas y anotando un gol ante Chile en Santiago el 26 de abril del 2000.
El otro nombre es Waldir Sáenz y en su hoja de vida se lee: »Goleador histórico de Alianza Lima». Fue promovido en 1992 al primer equipo con apenas 19 años y al año siguiente, fue goleador del Descentralizado con 31 goles. En 1996 volvió a ser goleador del torneo con 20 goles y aportó 21 conquistas para el esperado campeonato de Alianza en 1997 luego de 18 años de espera.
Con el inicio de este nuevo siglo, Alianza Lima siguió promoviendo más nombres desde sus canteras: Jefferson Farfán, Paolo Guerrero, Wilmer Aguirre, Junior Viza, Rinaldo Cruzado, Roberto Guizazola y Carlos Fernández son algunos de los nombres con los que se inició una nueva etapa. De ellos, Farfán y Guerrero (pese a que no jugó partido alguno en Primera pues de las menores pasó al Bayern) son los nombres más destacados. Ambos brillan en Europa y sus cotizaciones son elevadas.
Y en los últimos años tenemos a Reimond Manco (debutó en Alianza) y Luis Trujillo quienes disputaron con Perú el Mundial Sub 17 de Corea del Sur en 2007 y cerramos este recuento con tres nombres: Jorge Bazán, Carlos Ascues y André Carrillo, este último transferido en 2011 al Sporting de Lisboa y que ha terminado la temporada de la Liga Sagrés como titular del equipo lisboeta.
Yordi Reyna es el último nombre y como él hay muchos otros jugadores como Jack Durán, Saúl Anicama, José Canova, Cristofer Soto, Diego Donayre, Koichi Aparicio y Horacio Benincasa. Demás esta decir que debemos apostar por las divisiones menores, si queremos una mejora de nuestro balompié y el formar jugadores, es parte de la historia de Alianza Lima, tradición que se debe respetar.