Malas rachas hay en todos los equipos del mundo. Alianza Lima tocó fondo el sábado último perdiendo ante Cienciano por 0-1 en el coloso de Matute. Pero ya, desde hace un buen tiempo me vengo preguntando: ¿Es responsabilidad de Wilmar Valencia?
Para mi no. Los hinchas de Alianza deberíamos estar conformes con la llegada de un entrenador que tiene como marca registrada la seriedad y la disciplina. Pero, esto se en tiempos de transición en La Victoria, donde los jugadores pasaron del infierno del 2012 a un 2013 que en principio, sería prometedor.
Pero, caídas ante Universidad César Vallejo, Universidad San Martín, Sport Huancayo y Cienciano han encendido las luces de alerta sobre el rendimiento del equipo. Esta claro, que padecemos la ausencia de jugadores claves como un ‘9’ y un ’10’ que sepa distribuír la pelota y habilitar para bien a los delanteros. Pero no los hay y si los hubieran, no responderían del todo como viene ocurriendo con algunos jugadores de la actual plantilla.
¿No responderían? Si, no responderían. Incomoda mucho la apatía de muchos jugadores como Jorge Bazán, a quien venimos esperando que explote todo su talento desde el 2011. Lo mismo pasa con un tal Jhonny Vidales, que para muchos, no aporta nada en la línea de ataque blanquiazul. ¿A qué jugamos en La Victoria? Si tenemos jugadores que piensan más en irse al extranjero que en luchar por los colores que están luciendo en la actualidad, una camiseta con historia y prestigio y cuya tradición no debe ser manchada de la manera tan insolente como lo vemos ahora.
Yo si confío en Wilmar Valencia y en su labor al frente de Alianza. La apuesta fue riesgosa en principio del año, pero él nunca en su discurso prometió el título nacional, sino un equipo que recupere su identidad este año. Pero parece que los jugadores no colaboran, juegan con suma displicencia los resultados saltan a la vista: Cuatro derrotas seguidas que nos alejan de los primeros lugares.
Los próximos dos partidos nos esperan dos salidas complicadas: Chiclayo ante Juan Aurich y a Huánuco donde nos va a esperar el León de Pepe Soto. Solamente puedo decir esto: Que Dios nos ayude.