La Copa Libertadores recién empieza

Se dio la lógica. El grande siempre tiene que acabar en el primer lugar y no tener que soplarse el roche de quedar segundo por debajo del equipo que dio la talla en el grupo. Ayer, Estudiantes de la Plata hizo en un minuto lo que no logró hacer en los anteriores 94′. ¿Casualidad? ¿Azar del destino? ¿Desinteligencia?. Sólo el fútbol lo sabe (y también el uruguayo Roberto Silvera).

En un primer momento, con la cabeza caliente, uno puede criticar la falta de Walter Vílchez y el error de Vidal Sosa o la maldita suerte que tuvo Verón para ganar el rebote que había dejado Forsyth. Pero ya está. El grande, el argentino tenía que estar por encima del peruano y en mí queda la tranquilidad que Alianza hizo su trabajo ayer en Quilmes y no se asustó ante la ‘grandeza’ de la ‘Brujita’ y compañía.

Ayer Alianza se paró frente a frente y sin temores al equipo argentino, quienes no han olvidado al ‘Zorrito’ Aguirre y hasta tres hombres iban por él. A pesar de la estricta marca, Wilmer se las ingenió para ponerle los pelos de punta a los hinchas que asistieron al ‘Centenario’ de Quilmes. En una, su fuerte disparo pasó cerca al palo de Orión y en la otra, se sacó del camino al ex arquero de San Lorenzo, pero erró en la definición cuando era más fácil acertar que equivocarse.

La jugada del penal ya es otra historia. Una falta absurda del ‘Pacho’ (con roja incluida) derivó en la mano de Sosa. Muchos crucifican al paraguayo, pero considero que ayer, Vidal jugó un buen partido, pero ante tal error, ese buen partido queda en la historia y ahora se le juzgará por tal jugada. Yo no lo considero así. Preocupa sí, que los dos goles que nos anotó Estudiantes en la Copa, llegaron con el guaraní como protagonista.

 

En líneas generales, Alianza Lima sorprendió en esta Copa Libertadores. Me gustó mucho la propuesta del equipo y el éxito radica en que Gustavo Costas aprendió de los errores cometidos el año pasado e hizo de los grones un equipo. Doce puntos en la bolsa, han sido más que una satisfacción para el pueblo blanquiazul que con ansias, espera los octavos de final.

Considero que el partido clave para el momento de Alianza fue el triunfo en La Paz. Un terreno más que complicado para los peruanos, el ‘Hernando Siles’ dejó de ser un terror con aquel 3-1 sobre el Bolívar. Fue una victoria que llenó de confianza al equipo, más aún que el siguiente rival era Estudiantes en Lima. Con baile incluído, los grones pasaron por encima (cosa que muchos no quieren reconocer y se amparan en que los argentinos jugaron un mal partido) al campeón de América, que con pergaminos y todo, vivió una noche de terror en la ‘Caldera’ (MATVTE!).

Posteriormente, el cara y sello ante Juan Aurich. Un triunfo en Lima 2-0 y la derrota en Chiclayo 4-2, incluído el gran teatro armado por Reimond Manco y Pedro Ascoy (ahora que están eliminados, quisiera saber si piensan lo mismo que aquella noche). El triunfo sobre Bolívar, angustioso pero triunfo al fin, le dio el pase a Alianza Lima a octavos después de doce largos y tediosos años.

Octavos de final nos espera y los nombres de los rivales ya se barajan: Inter de Porto Alegre, Corinthians de Ronaldo y Roberto Carlos, Nacional de Uruguay y la Universidad de Chile. De todos ellos, y aunque mi opinión genere una que otra controversia, no prefiero como rival a los chilenos por una sencilla razón: Su entrenador es Gerardo Pelusso, guía supremo en el campeonato del 2006 y conocedor pleno de la identidad y mística aliancista.

Aún hay cosas por mejorar en el plantel. La primera ronda ya es historia y la Copa Libertadores recién empezará en los octavos de final. Alianza Lima ahora depende de sí mismo para prolongar su buena racha seguir escalando en el máximo torneo continental. ARRIBA ALIANZA!

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