Una comisión parlamentaria británica intentará asegurar que la torre del Big Ben no siga inclinándose, tras un estudio de suelos que determinaba que la célebre construcción viene sufriendo de agrieta duras.
El Palacio de Westminster, sede del parlamento británico, también está sufriendo daño a raíz de este estudio.
Según el profesor John Burland, del Imperial Colege, la tasa de inclinación no representaría una preocupación hasta al menos 10000 años más.
Durante una reunión de la Comisión de la Cámara de los Comunes, se prevé que los parlamentarios discutan la proposición de vender el Palacio de Westminster y el traslado a nuevas oficinas, aunque esta idea es difícil que se concrete.
También examinarán la alternativa de abandonar temporalmente el edificio mientras se lleva a cabo el trabajo de renovación.
La Torre del Reloj, la que alberga la campana llamada Big Ben, se terminó de construir en 1859. Desde entonces, se han construido cerca un parque de estacionamiento de cinco pisos y una línea del metro.
Burland, experto en construcción y que supervisó la construcción del parque de estacionamiento, indicó que la inclinación estuvo ahí por años: »Cuando recién empezaba a trabajar en el parque de estacionamiento era obvio que se estaba inclinando».
«Llevamos a cabo las mediciones y se inclinaba en una tasa de 1 por 250 respecto a la vertical, lo que es apenas visible. Ése es el punto de diferencia entre la verticalidad y una ligera inclinación.
«Esto lo hemos sabido por años y probablemente se originó en una etapa muy temprana, porque no hay fisuras en el revestimiento. Pensamos que probablemente se inclinó cuando la estaban construyendo y antes de que le pusieran el revestimiento.
«Eso fue hace mucho tiempo y los edificios se inclinan un poco.»
No es está la primera vez que hay problemas con el Big Ben, el que tiene una altura de 96 metros.
Aunque la inclinación es mucho menos notoria que la de la famosa Torre de Pisa, en Italia, ésta se puede apreciar a simple vista en la torre del Big Ben.