En la vida empresarial, como en todos los casos existen empresarios buenos y algunos que no lo son. Los estudiosos de las teorías empresariales comenzaron a ver que algunas empresas tenían éxito económico mateniendo una buena relación con todos los actores que participaban en su producción.
Ya pasado el Siglo XXIX donde los industriales aprendieron que el abuso había traído caos social, los empresarios comenzaron a preocuparse por satisfacer precocupaciones como vivienda, salud, vestido y hasta entreteniento, varios casos prácticos de esto lo tuvimos algunas Hacienda Agrarías antes de su estatización por el gobierno militar de Velazco.
En el mundo ya se hablaba poco a poco de que el buen trato al trabajador, salarios justos, conciencia ecológica y buenas relaciones con la comunidad aumentaban la productividad, estas teorías han sido implantadas en muchos universitarios desde hace algunas décadas trayendo por consiguiente los buenos resultados que hoy vamos obteniendo.
Las empresas de hoy, no todas aún lamentablemente, van comprendiendo que no todo son utilidades y más aún mantener un buen ritmo de utilidades dependerá de cómo se relaciona la empresa con todo su entorno.
Hoy día en todo el mundo existe una gran difusión por la RSE (Responsabilidad Social Empresarial) y es que solamente con estos principios las empresas pueden pasar a la modernidad.
La Responsabilidad Social Empresarial contempla:
– Brindar buenos productos a los clientes, probados, con alta calidad y a precios razonables.
– Mejores condiciones laborales a sus trabajadores (con todos sus beneficios) y capacitación.
– Conciencia ambiental, produciendo sin contaminar directa e indirectamente y promoviendo entre sus trabajadores cultura de aprovechamiento de los recursos.
– Pagando todos sus impuestos y no corromper a funcionarios públicos, no alterando así un sistema equitativo para todas las empresas.
– Una buena relación con la comunidad que los aloja, colaborando en todo lo que esté a su alcance, más aún si hay poca o nula presencia del Estado.
– Por último y no menos importante está la buena relación con sus proveedores, manteniéndolos y apoyándolos en todas sus necesidades para crear proveedores que duren en el tiempo y ofrezcan mejores servicios o productos.
Esta cultura de Responsabilidad social debe igualmente trasladarse a los propios trabajadores para que ellos no abusen de sus beneficios, de la comunidad, del medio y sean embajadores coherentes de una campaña ética.
La Responsabilidad Social Empresarial se podría definir como una mejor Gestión de las empresas que involucra las buenas relaciones con todo su entorno, beneficiándose con una imagen positiva por parte de los clientes y que le permita un negocio redituable.
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