La Navidad es una etapa muy especial, sobre todo para los más pequeños del hogar, quienes con mucha ilusión invocan por Papá Noel para pedir sus tan ansiados regalos.
Los padres están en una encricijada: Apoyar a los niños en su ilusión o tratar de desacreditarla.
Una vez que la familia decide darle a Papá Noel y a los Reyes su verdadero lugar -el de un mito, una tradición o un juego-, lo mejor es dar una explicación acorde a la edad, clara y sencilla
La mayoría de los padres de familia aseguran que no se deben crear falsas ilusiones en los niños, pues no quieren ser parte de una mentira que con el correr del tiempo se terminará por conocer.
Pero, hay niños que ya se dan cuenta de este engaño, pero ellos tratan de disimular su escepticismo y esperan que su entusiasmo sea premiado en regalos de Navidad.
Fantasía:
Si el niño descubrió que Papá Noel no existe, simplemente debe decirle que se trató de un personaje que duró en su fantasía o que se hace cargo de los más pequeños. Pero en adelante, serán los padres quienes se harán cargo de los regalos.
Transición:
La transición no debe ser fuerte para no afectar al niño. Si después de los ocho años deja que siga creyendo en Papá Noel le está haciendo daño, pues queda como un tonto ante otros niños que ya asumieron la realidad.
Desarrollo:
El desarrollo de maduración le permite al niño ser un poco más crítico ante la fantasía. Los padres deben aclarar sus dudas, pues al crecer usará los elementos de análisis de la realidad que se van instaurando y buscará explicación en relaciones directas o causales.
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