La ausencia de límites al interior de la familia podría traer severas consecuencias en la educación de los hijos. Por eso, es importante que los padres digan «NO» en ciertos momentos de la crianza de los niños.
Lo que más prefiere el niño es pasarla bien todo el día y eso provoca que olviden que deben cumplir con ciertas obligaciones y es ahí donde entra a tallar el rol de los padres de familia.
Los padres deben aprender a tolerar a veces algún llanto o que el niño diga que no quiere hacer algo, pero cuando las cosas son óptimas para él, ellos deben mantenerse firmes pues eso es muy importante para la educación del niño.
Una de las principales preocupaciones de los padres es la de no ser demasiado estrictos en su educación para no provocar traumas en los niños y eso no es así, pues ellos solo se trauman si alguien les hace daño de verdad sea física o psicológicamente. Pero cuando los padres le imponen un castigo educativo, limitan su conducta o le prohíben algunas cosas por su bien.
Hay que tener en cuenta que los niños no quieren que los padres le compren o den todo. Lo que de verdad desean es que los padres estén pendientes de ellos y que cuando hay una cosa que no deben de hacer, que los padres no se la dejen hacer.
A veces los niños no tienen fuerza de voluntad y se dejan llevar por sus amigos por miedo a enfrentarse a ellos.
Como padres cuesta a veces decir que no, pero a veces es necesario darse cuenta que otorgándoles todo no se le hace ningún favor.