En el día de su partido de despedida, Diego Armando Maradona había dejado una frase que entro en la posteridad de quienes llevamos al fútbol en las venas: ”La pelota no se mancha”. Pero, aquella memorable oración, no hizo efecto en nuestro fútbol, que estas dos últimas semanas ha tocado fondo, y no se sabe cuándo se va a levantar.
Sabemos bien que los futbolistas son los principales protagonistas en este deporte. Son considerados deportistas, artistas, guerreros, luchadores y demás adjetivos. Pero, ¿qué sucede cuando los derechos de éstos no son respetados y/o valorados?
Esto despertó la indignación en los Futbolistas Agremiados del Perú, quienes mediante su presidente Francesco Manassero, alzaron su voz de protesta para hacer valer lo suyo: sus salarios.
Esta huelga ha traído una serie de secuelas: el viaje de Burga a Zurich, la inoperancia de la ADFP, la corrupción en Alianza Lima, la inercia en Universitario, las idas y venidas en la César Vallejo, pero lo que a muchos dolió, el retiro de la Universidad San Martín de Porres y de Unión Comercio de la competencia.
Estas ‘secuelas’ empezaron con la ridícula primera jornada del Descentralizado, en que todos los equipos emplearon juveniles para disputar los primeros tres puntos. Aunque esto no es novedad, igual generó indignación pues varios chicos menores de 20 años, asumieron las consecuencias de las posturas tontas de sus dirigentes (como Cobresol, que en reservas cayó 10-0 ante Sporting Cristal). Los dirigentes, no hicieron nada por aportar soluciones a estos problemas, y peor aún, decidieron algunos, despedir a los jugadores de su primer equipo por unirse a lo que ellos consideran, una ‘ilegal’ huelga.
”Justos por pecadores”
Esta frase fue lo primero que se me vino a la mente, apenas se confirmó la renuncia de la Universidad San Martín. Mientras los Alarcón y los Pacheco se siguen burlando de sus instituciones, el fútbol peruano pierde a una institución seria y con altas pretensiones, que en apenas siete años ha logrado tres títulos nacionales y el respeto de muchos aquí y en el extranjero.
Pudo haber sido una decisión apresurada (en realidad lo es). Pero en parte, José Antonio Chang tiene parte de razón. Una institución tan seria como la USMP, no puede ser parte de un ‘torneo contaminado’ como el peruano, donde el amarillismo y lo ‘chicha’ se impone cada día más.
En ese amarillismo, en ese ‘chicha’ incluyo lo dicho por el inefable Guillermo Alarcón: ”La decisión de renunciar de la USMP es totalmente carente de seriedad”. ¿Cómo interpretar lo dicho por el PEOR PRESIDENTE en la historia de Alianza Lima? En realidad ¿sus palabras son un aporte al fútbol peruano?
Los ”futboleros” en el Perú, estamos ya cansados de tanta informalidad. Lejos de ser profesionales, nuestro fútbol está cerca de ser ”amateur” por el mal manejo que hay por parte de los dirigentes (y también de Agremiados).
¿Hay responsabilidad en Agremiación?
Los futbolistas deben estar unidos, eso es claro. Pero también debe ser una entidad abierta al diálogo y consenso para con la Federación Peruana de Fútbol y la ADFP. Alvaro Barco, exgerente de la USMP, responsabilizó de todo este problema a la Agremiación, pues para él, todo se debió a una ”decisión improvisada, descoordinada de la Agremiación y también a la soberbia e indiferencia de gente como Manassero, Revilla y Baldovino, a quienes siguieron en perjuicio de un club que expuso siempre sus valores contra el sistema, y que les dio todo (a los jugadores)”.
Amigo lector, juzgue usted.
Las Sociedades Anónimas:
Según Confiep, los clubes peruanos deben convertirse en sociedades anónimas para ponerle un punto final (definitivo) a los manejos dudosos de sus dirigentes. Los clubes quebrados, deben ingresar a una etapa de restructuración por su falta de solvencia.
Los clubes deben convertirse en vehículos de inversión libre de manejor turbio y de intereses particulares que van en contra del bien general.
Su conversión a S.A. podría hacerse forzándolos o, definitivamente, mediante un proceso concursal, porque están quebrados.
Lo que nos espera…
¿Así pretendemos ver al Perú en el Mundial? ¿Así pretendemos formar un fútbol competitivo en el continente? ¿Así pretendemos formar más jugadores juveniles? El Fútbol Peruano ha dejado de ser un espectáculo para convertirse en la comidilla de todos los días para las burlas y demás comentarios sarcásticos de los hinchas y de cierta prensa. Podrán haber miles de aportes, ideas y soluciones para escapar de este horrendo hueco donde estamos metidos, pero mientras no hayan dirigentes convencidos de dar un paso al costado para que otra gente con ideas frescas saque a flote a sus clubes, seguiremos estancados y la salida será aún más complicada.