En el colegio, el curso de Historia del Perú nos enseñó que Chile era el malo. Siempre nos metieron en la cabeza de que el chileno es lo peor que hay y un sin fin de ideas que yo, al final de cuentas, nunca le encontré sentido alguno.
¿Tuvo que suceder un terremoto de 8.8 grados en Chile, para que los peruanos podamos olvidar esta rencilla que ya tiene más de un siglo?
Se que apenas la marea vuelva a su estado natural, muchos de los peruanos volverán a decir: ”Ah chilenos de mierda…” Tenga por seguro que yo no. Se que entre 1879 y 1883, Perú y Chile estuvieron enfrascados un una sangrienta guerra (cuyo responsable directo fue Bolivia), que tuvo consecuencias fatales para los nuestros. Y que en varias oportunidades, varios peruanos han sido duramente discriminados en Santiago y demás ciudades del vecino país del sur.
Aún seguimos lamentando algo que ocurrió hace 120 años. Los tiempos han cambiado y el error cometido en esos años debió haber dejado una enseñanza, pero parece que no. ¿Acaso en algún momento, asi como hemos juzgado a Chile, hemos sido capaces de juzgar el Perú?.
Seguramente, varios me podrían preguntar ¿Esperaste a que suceda un terremoto en Chile para redactar esta entrada? Podría ser cierto, como también podría ser que no. Pero no tengo porqué ocultar las sensaciones que siento al ver la desesperación y la angustia de parte de miles de chilenos, que en algunos casos lo han perdido practicamente todo. Así como sucedió en Chile, le tocó al Perú en 2007, y varios amigos que tengo en Chile, no dejaron de llamar a este servidor para dar rienda suelta a su preocupación por tal suceso.
En su momento, Chile tuvo actos dignos de admirar para con el Perú. Uno de ellos fue el gesto noble ante la tragedia de Alianza Lima en 1987. En aquella oportunidad, el equipo de La Victoria sufrió el golpe más duro de su historia, cuando un avión que transportaba al equipo entero se precipitó al mar de Ventanilla. El equipo chileno no dudó en prestar de manera gratuita cuatro jugadores de su plantilla al golpeado equipo victoriano.
Hoy Chile necesita de nosotros. Si no tenemos la capacidad de hacerlo materialmente, tenemos la suerte de ofrecer una oración al Todopoderoso por nuestros hermanos chilenos que hoy no la pasan bien. Es hora de cerrar de una vez por todas esas diferencias absurdas entre peruanos y chilenos que a nada bueno nos va a llevar. Dejemos de lado La Haya, la Guerra del Pacífico o el partido de fútbol entre Perú – Chile de 1997 en Santiago. Estrechemos la mano en calidad de amistad y ayuda sin importarnos los antecedentes históricos.
Y si tengo la suerte de que algún hermano chileno lea esta entrada, sólo puedo decirle que tenga la gran esperanza en que podrán superar esta tragedia. Chile tiene todo para poder salir de este hoyo y yo como peruano y sudamericano que soy, estaré más que feliz.