La promesa que aún no es realidad

Hay futbolistas excelentes, buenos, regulares, malos, malísimos… y Reimond Manco. Puedo ser duro, puedo generar opiniones en contra, puedo generar un sin fin de controversias, pero se que hay gente que también estaría de acuerdo con lo que digo acerca de este joven pelotero (ojo que no he dicho futbolista).

Y es que si en 2007, varios peruanos se ilusionaron con que el ‘Rei’ era la tan ansiada esperanza de nuestro alicaído fútbol, hoy varios deben de estar mordiéndose la lengua ante el cambio repentino que dio el jugador. Felizmente, yo nunca consideré como tal a Manco, pues desde ese día que se hizo el importante y no quiso aceptarme una nota de mínimo cinco minutos, saqué la conclusión de que no sería futbolista, sino un mero pelotero.

Y como dice el refrán: ”El pez por su propia boca muere”… Manco ha caído en el abismo y sus propias palabras lo han convertido en una persona antipática y blanco para las ‘cargadas’ de los aficionados del fútbol, y también del espectáculo.

Empezamos en 2008, cuando tras un paso fugaz por Alianza Lima, se concreta su llegada al PSV Enidhoven de Holanda. Comienza pues las ‘tronadas’ de este adolescente con cerebro de niño de -1 año (entendiendo el sarcasmo), cuando dijo que no jugaría más Alianza, para cuidar sus piernas de cara a su próximo traspaso al equipo de la Philipps.

Manco pensó derrepente que sería el jale estrella del PSV, pero terminó jugando en la reserva para luego ser prestado al débil Willem II. La realidad es que nunca figuró en Eindhoven, jamás fue figura y regresó al pais para jugar el Sudamericano Sub 20 en Venezuela. Regresó, con cero puntos en el bolsillo, pero con las polémicas tan coloridas, como sus vistosos tatuajes. Fue en el aeropuerto, donde lanzó su segunda frase para la posteridad:

”Escuchen… Reimond Manco se casa”. Un ‘chibolo’ de 18 años se casó y aceleró su vida. Con el correr de los meses, el tiempo se encargó de enterrar su promisioria carrera, para convertirlo en un personaje de la farándula y un jugador más del montón.

”No voy a celebrar si le marco un gol a Alianza Lima”, dijo el 06 de Febrero, antes del choque ante los íntimos por la Copa Libertadores. Aquel 4-2 en Chiclayo quedará en la posteridad por la euforia de Manco en el tercer gol marcado. Esta bien celebrar, pero ¿en qué quedó su palabra?. Simplemente resumindo en un ”Cuando fuimos a Matute, sentí el maltrato de los hinchas”. Previamente, en una conferencia de prensa en Chiclayo, se la dio de divo, y al fiel estilo europeo, dijo que daría declaraciones sólo una vez por semana y en conferencia de prensa.

Y la última joyita: ”Tócame que soy realidad”. Un último ampay en el programa depor-farandulero Magaly TeVe, encontró a Manco saliendo por la noche con la modelo Shirley Arica, a quien negó cobardemente, cuando las pruebas saltaban a la vista,

Comparando con nuestros tiempos, Lionel Messi, con 22 años tiene como 10 títulos en Barcelona. Cuando debutó a los 17, no perdió la humildad que ha sabido manejar hasta el día de hoy, sabiendo incluso, separar su vida privada de la pública.  De la generación del Juvenil del 2007, Manco es el que más da que hablar, pero lamentablemente no por su talento con el balón, sino por sus actos fuera de las canchas, por sus palabras fuera de lugar y por sus decisiones totalmente equivocadas.

Los responsables directos de la caída de Reimond Manco son los periodistas, aquellos que lo inflaron después del Sudamericano Sub 17. Lo ‘endiosaron’ tanto, sin haberle ganado a nadie. El ‘Rei’ se creyó todo el cuento de los medios y pasó a ser aquel chico humilde de Lurín, a ser el creído y siempre inmaduro, una de las tantas promesas del fútbol peruano que quedaron en eso…. sólo promesas. Para que Manco sea el estandarte del futuro de nuestro fútbol, deben dejarlo jugar, solamente deben dejarlo tranquilo con su vida privada, el resto depende solamente de él.

[yframe url=’http://www.youtube.com/watch?v=BH_gjvqXrx8&feature=player_embedded’]