Nuevamente tenemos que discutir en el país, sobre el endeble Poder Judicial que de por sí, parece ser un adorno de lujo dentro de la sala principal de nuestra casa llamada Perú.
Pasó con el caso de La Parada y la decisión del juez Malzon Urbina, de reponer a aquello comerciantes que el año pasado, fueron desalojados de aquel espacio público y que ahora, por mandato judicial, podrán regresar al lugar ubicado entre La Victoria y El Agustino. Polémico, porque así, nuestra ciudad se escapa nuevamente del orden que tanto pedimos con urgencia desde hace muchos años.
Y esta semana, la iniciamos con la desaparición de una joven estudiante de contabilidad en el distrito de Carabayllo, a manos de dos sujetos de 19 y 16 años de edad, quienes la asesinaron sin piedad alguna, mandando al tacho los sueños de esta joven de ser toda una profesional, orgullo de sus padres y de su novio.
¿Cómo debería actuar la Justicia? Con el de 19 años, definitivamente debe ser llevado a un penal para que cumpla con su condena. En el caso del menor de edad, ¿Maranguita? y a esa edad tan próxima a la mayoría de edad.
Los peruanos estamos cansados de que la justicia se haga de la vista gorda con este tipo de casos que solamente, hacen que cada uno se indigne con lo blando que resulta ser nuestro poder del Estado. El Gobierno, no ejerce presión contra las autoridades judiciales para que por fin se pongan una mano en el pecho y juzguen como debe ser a aquellos que atentan contra la vida de las personas sin piedad alguna.
¿Qué le espera a la familia peruana, en especial de status sociales bajos?