El día de la prueba se les debe preparar un desayuno completo, del estilo “americano”. Esto es ideal para tener energía desde temprano y evitar que quede sin glucosa (sustancia muy necesaria para mantener la concentración y la memoria).
Si su prueba es por la tarde, es importante que ingiera un almuerzo liviano y nutritivo (como pechugas de pollo a la plancha). Lo que sí no debe hacer es sustituir el almuerzo por comidas rápidas tales como las hamburguesas, pizzas o papas fritas.
Los días anteriores:
No debe comer demasiado en una comida, por el contrario, se le debe distribuir la dieta en 5 o 6 comidas y así evitar la sensación de vació de estómago que impide concentrarse y sentirse mal. La idea es que el niño se alimente de forma correcta, eligiendo alimentos ricos en proteínas y pobres en grasas y azúcares. Otra buena idea es reemplazar las gaseosas y bebidas azucaradas por jugos naturales.
El niño debe beber mucha agua para estar hidratado, ya que ello es completamente esencial.
Es importante mantener un ritmo de vida normal, el estudiar un par de horas más, esta muy bien, pero tampoco se debe exceder, ya que se puede saturar o generar mayor cansancio.
El descanso es muy importante, debe dejar que el niño descanse la cantidad de horas habitual, la falta de descanso puede generar distracción por sueño al momento de la prueba.