Por supuesto que me alegra el triunfo del voley peruano en el Sudamericano de menores. Derrotar a Brasil en base a mucha garra y entrega por parte de nuestras jugadoras ha sido muy emotivo, pero dentro de la algarabía, hay momentos para la reflexión, quizás instantes para tener un poco los pies en la tierra y tomar este tipo de triunfos con suma calma.

Estamos de acuerdo con que el deporte peruano necesita de alegrías como la que brindó el equipo de Natalia Málaga ¿no? Un deporte tan glorioso en nuestro palmarés como el voley, otra vez nos devolvió la esperanza de ser nuevamente una potencia en la región junto a Brasil como ocurrió en años anteriores. Sin embargo, que el triunfo no se convierta en triunfalismo.

Me explico. No pude ver el partido entre Perú y Brasil por razones laborales, pero estuve al tanto del marcador mediante las redes sociales. Tras leer y leer varias opiniones de alegría y satisfacción por el título peruano, vi esto: “Si así fueran los futbolistas”, “Las chicas ponen los h**v*s que los hombres no ponen en el fútbol” y otras cosas.

Cada cosa en su lugar: el voley con el voley y el fútbol con el fútbol. Si en el “Deporte Rey” no hay resultados, no tomemos el triunfo del voley como una especie de paño de lágrimas. Ambos deportes tienen organizaciones distintas, métodos de trabajo totalmente diferentes, donde pese a sus limitaciones (y a su condición de amateur), el voley ha cosechado mejores resultados que el tan criticado balompié.

Osea, cuando el equipo peruano de Surf, los hermanos Cori, Kina Malpartida o Alberto Rossel se consagraron campeones mundiales, ¿también se lo refregamos en la cara al fútbol?

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Eso llama a una reflexión por parte de nuestra sociedad deportiva. Debemos acostumbrarnos a otros deportes  y no enfocarnos exclusivamente al fútbol. Felizmente conozco casos de amigos cuyo interés está en el box, voley, surf o ajedrez y el Deporte Rey no lo es tanto. Cansa en mi caso, que cualquier diario deportivo le dedique 20 de las 24 páginas que tiene al fútbol y apenas 4 a una sección polideportiva.

¿Porqué el Congreso de la República tiene que aparecer cuando Perú gana los Bolivarianos de Playa o el Sudamericano Juvenil de Voley? ¿Por qué el presupuesto destinado al deporte es tan poco? No miremos lejos y citemos el caso de Colombia, que fue la sensación de la región sudamericana en los Juegos Olímpicos  de Londres ganando ocho preseas durante la competencia. El triunfo del voley nos debe enseñar a preocuparnos en la formación de nuevos valores para el deporte peruano, en mejorar el sistema de competencia en nuestro país, pues creo que aún estamos a tiempo de poder resurgir, pese al desinterés del Estado por “sus representantes” y que se demuestra en el bajo presupuesto que recibe anualmente.

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Ahora, Natalia Málaga es portada en los principales medios de comunicación el día de hoy. Es mi posición, pero su método no me gusta; puede dar resultados, pero a mi no me parece. ¿Porqué ganó Perú ayer?

He leído la nota que le dedicó un medio deportivo al partido y poco o nada habla del sistema de juego empleado por Málaga. No se leen los movimientos hechos por las jugadoras, las formas de contrarrestar el juego del poderoso Brasil. Más se habla de las carajeadas de Málaga y del resultado positivo que otorga trabajar con “mano dura” o “disciplina”. No tengo nada en contra de ella, pero mi posición es simple: Tomo este triunfo con calma, lo hecho por las chicas no garantiza el título del mundo en Tailandia. Esta victoria debe ser el inicio del resurgir de nuestro deporte en el Perú, pero con calma… todo con absoluta calma.

Por: Daniel Brown Mansilla