El Fútbol Peruano es rico en anécdotas. Los años dorados de la Selección en los 70, las épocas en que Alianza Lima y Universitario llenaban estadios o el crecimiento de los equipos provincianos siempre le dieron color a nuestro balompie.
Pero, otro tema que se incluye dentro del folklore de nuestro fútbol es el tema de los ”Parrilleros” o ”Paquetes”, términos que identifican a aquellos jugadores extranjeros (de preferencia argentinos) que no marcaron la diferencia en suelo nacional y que, por decirlo en términos populares, se llevaron su sueldo sin haber expulsado una sola gota de sudor.
Y siempre son los grandes: Alianza, U y Cristal, los que son los perjudicados con tremendas joyitas que practicamente, vienen a ”hacer hora” en Lima:
Universitario de Deportes:
En tienda crema se recuerda la presencia de jugadores que dejaron una huella en la institución como Ruben Techera, Jorge Amado Nunes, Mauro Cantoro, Gustavo Grondona y ahora último Carlos Galván. Sin embargo, los hinchas prefieren ni acordarse de la presencia de…
El paraguayo Celso Guerrero, recomendado por José Luis Chilavert, llegó a Odriozola en 1995 para cubrir el arco crema. Su debut fue en un clásico, en el recordado 6-3 de Matute y en la mayoria de conquistas blanquiazules, Guerrero, con evidente sobrepeso, tuvo que ver.
En el 2001, Unversitario venía de coronarse tricampeón peruano, y la meta era trasladar la supremacía en el torneo local a la Copa Libertadores de América. Para ello, contrataron a los argentinos Héctor Banegas, Adrián Gorostidi y al chileno Fernando Vergara. Los tres resultaron un fiasco total, siendo Gorostidi el más resistido, pues se dice, cobraba un sueldo superior al del ex goleador crema Eduardo Esidio. El momento, por decirlo cumbre, en esa lamentable temporada, fue la goleada recibida por los cremas en la Copa Libertadores a manos de Rosario Central con un contundente 6-0.
Para el 2003, la parrilla llegó hasta el entrenador. La dirigencia crema contrató al DT uruguayo Ricardo Ortiz, quien a su vez, llegó con sus compatriotas Bruno Piano, Fabián Pumar, Jorge Artigas y Alvaro Pintos. Ningunó brilló y a las justas llegaron a la primera rueda del Torneo Apertura, en un año para olvidar en tienda merengue. Dos años después, la U, con José Basualdo como DT, estuvo a punto de conseguir el Torneo Apertura
Incluso, Universitario trajo jugadores de suma experiencia, que fueron figuras excluyentes en sus respectivas ligas. Tales son los casos del paraguayo Miguel Angel Benitez, mundialista en Francia 98 y campeón de la Libertadores 2002 con Olimpia de Paraguay. Otro ejemplo es el del delantero argentino Rafael Maceratesi, quien fuera campeón con Racing Club de Avellaneda en 2001. Sus éxitos no lo puedieron reeditar en suelo peruano y se alejaron en silencio.
Alianza Lima:
Los blanquiazules tienen un espacio en su memoria para los colombianos Tressor Moreno, Víctor Hugo Marulanda, Jhonier Montaño, los chilenos Fernando Martel y Rodrigo Pérez y los brasileños Marquinho y Palinha, además de los actuales referentes extranjeros como Leandro Fleitas y Edgar González.
¿Pero recuerdan a Gustavo de Luca? Se trata del único jugador que en una solo jornada posó con las camisetas de Universitario y Alianza. Se trató de un delantero argentino, de dilatada trayectoria en Chile. Universitario de Deportes lo había anunciado como el hombre gol para la Copa Libertadores de 1994, posando con camiseta crema en el ‘Lolo Fernández’ al mediodía. En horas de la tarde, pisaba suelo victoriano para estampar su firma por Alianza. Tras un conflicto dirigencial, los cremas suspiraron de satisfacción al ver que con el ”Pelado” no pasaba nada, porque ni jugadas de peligro generaba sobre areas rivales. Como era de esperarse, fue despedido.
Otro jugador de olvidable paso por Matute fue el del argentino Pedro Damián Monzón. Recordado por haber sido expulsado en la final de Italia 90 ante Alemania, el central provocaba temor por sus extrañas reacciones y su mirada perdida. Cuando fue purgado de Alianza, y años después, confesaría su adicción a la cocaína.
En el 2000 y a puertas del Centenario, Alianza cumplió una de las campañas más pobres de su rico historial. Y responsabilidad la tuvieron sus paquetes: En el arco, el uruguayo Galileo Percovich, los volantes argentinos Claudio Spontón y Héctor Sánchez, el paraguayo Arístides Rojas. Simplemente FIASCOS.
Pero en los último años, Los íntimos resbalaron fuerte. Tras consagrase bicampeones 2003 – 2004, el tricampeonato se había vuelto una obsesión para la dirigencia blanquiazul. Por ello, no escatimó esfuerzos en contratar a Gustavo Barros Schelotto, multi campeón con Boca Juniors en la época dorada de Carlos Bianchi, Rodrigo Astudillo, emblema de San Lorenzo campeón de la Copa Sudamericana 2002. Iván Alejandro Furios, hombre fuerte de la zaga de Chacarita Juniors y al colombiano Oswaldo Mackenzie, de gran paso por Atlético Nacional y según él, poseedor de una mágica zurda igual o mejor que el de César Cueto (que iluso para decir eso).
Si la U trajo jugadores con algo de renombre, Alianza no se quedó atrás. En las últimas temporadas tuvo en sus filas al ex seleccionado boliviano Gonzalo Galindo. al mundialista ecuatoriano Augusto Poroso y al lateral colombiano Kilian Virviescas. Los mencionados no tuvieron un paso exitoso por La Victoria.
Un caso fresco es el del colombiano Jorge Serna, quien prometió anotar 15 goles para el cuadro limeño, pero lo único que hizo, fue desesperar a los hinchas con sus definiciones que iban a cualquier lugar menos al arco. Y para cerrar este recuento, los grones prefieren hacer de cuenta que Héctor Sosa, defensa paraguayo, no pasó por Matute en 2010.
Si desean agregar algún jugador… aceptamos sugerencias. Ya viene la segunda parte.